Por Redacción
Desde el inicio de la década del 2000, la desigualdad salarial, medida por la comparación entre los sueldos más altos y los más bajos, disminuyó a una tasa media anual entre el 0,5% y el 1,7%, de acuerdo a la métrica considerada. Los mayores descensos se observaron en los países de renta baja, con una reducción promedio anual que varió entre el 3,2% y el 9,6%. En cambio, los países de renta alta vieron una disminución anual más modesta, entre el 0,3% y el 0,7%, mientras que en los de renta media-alta la caída fue de entre el 0,3% y el 1 ,3%.
A pesar de estas mejoras, la OIT destacó que la desigualdad es un problema grave. La brecha es particularmente amplia en los países de renta baja, donde el 10% de los trabajadores con los salarios más bajos solo percibe el 0,5% de la masa salarial global, mientras que el 10% con los salarios más altos se lleva casi el 38%.
El informe subrayó que, si bien los salarios mundiales han superado la inflación, con un crecimiento real del 1,8% en 2023 y una proyección del 2,7% para 2024 —el mayor incremento en más de 15 años—, el ritmo de crecimiento no fue uniforme. Las economías emergentes experimentaron un crecimiento más acelerado, alcanzando un 6,0% en 2023, mientras que las economías avanzadas del G20 sufrieron descensos en dos años consecutivos (-2,8% en 2022 y -0,5% en 2023).
Gilbert Houngbo, Director General de la OIT, afirmó: “El retorno al crecimiento de los salarios reales es un avance positivo. Sin embargo, no debemos olvidar que millones de trabajadores y sus familias siguen sufriendo la crisis del coste de la vida que ha erosionado sus niveles de vida”.
En este sentido, la OIT hizo hincapié en que las mujeres y los trabajadores de la economía informal sigan siendo los más afectados por los bajos salarios y la desigualdad. El informe abordó la situación de los trabajadores no asalariados, que representan un tercio de la fuerza laboral mundial y en su mayoría se encuentran en países de renta baja y media. Al incluirlos en el análisis, la desigualdad medida de los ingresos laborales se amplía significativamente.
Giulia De Lazzari, economista de la OIT y coautora del informe, señaló que “las estrategias nacionales para reducir las desigualdades requieren el fortalecimiento de las políticas e instituciones salariales” y destacó la importancia de las políticas que impulsan la productividad y la formalización de la economía informal. .
Entre las principales recomendaciones de la OIT para mejorar la situación figuran: la fijación de salarios a través del diálogo social, la adopción de un enfoque global que considere las necesidades de los trabajadores y los factores económicos, la promoción de la igualdad de género y la Utilización de datos fiables para la toma de decisiones. Además, se hace un llamado a abordar las causas estructurales de los bajos salarios, como la informalidad y la baja productividad.
En el informe la OIT resaltó que solo mediante políticas salariales sólidas y un apoyo estructural al crecimiento inclusivo se podrá avanzar hacia una reducción real de la desigualdad y un desarrollo económico justo y sostenible para todos los trabajadores del mundo.
28/11/2024