Por Redacción
El mundo está muy lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2, Hambre Cero, y la prevalencia global del hambre ha permanecido constante durante tres años consecutivos, a pesar de los esfuerzos internacionales. Según el informe de la FAO sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2024, entre 713 y 757 millones de personas sufrieron hambre en 2023. Esto equivale a una de cada 11 personas en el mundo, y a una de cada cinco si se considera el continente africano.
El informe no solo resalta la magnitud del hambre, sino que también subraya la inseguridad alimentaria. A nivel global, 2.330 millones de personas experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, y 900 millones enfrentaron una inseguridad alimentaria severa. Más de 2.800 millones de personas no pudieron permitirse una dieta saludable.
La malnutrición infantil es un problema alarmante, con muchos niños menores de cinco años sufriendo consecuencias graves. Si bien la lactancia materna exclusiva ha mejorado, la FAO advierte que se requieren esfuerzos adicionales para cumplir con los objetivos nutricionales para 2030.
El informe también aborda la urbanización como un factor clave que afecta los sistemas agroalimentarios. Se estima que para 2050, casi siete de cada diez personas vivirán en ciudades, lo que exigirá que los gobiernos y responsables políticos consideren el impacto de la urbanización sobre la seguridad alimentaria, el hambre y la malnutrición. Aunque la inseguridad alimentaria es prevalente en las zonas rurales, el consumo de alimentos altamente procesados ha aumentado en las áreas periurbanas y rurales, lo que genera nuevas preocupaciones en términos de salud pública.
Las estadísticas sobre la malnutrición infantil muestran diferencias significativas entre las zonas urbanas y rurales. La preponderancia del retraso del crecimiento infantil es mayor en las zonas rurales que en las urbanas, mientras que la emaciación sigue una tendencia similar. Por otro lado, el sobrepeso es ligeramente más frecuente en las áreas urbanas que en las rurales.
La situación global del hambre empeoró entre 2019 y 2021 debido a la pandemia de COVID-19, y ha continuado afectando a más del 9% de la población mundial en 2023, en comparación con el 7,9% en 2019. La FAO advierte que, de continuar esta tendencia, más de 582 millones de personas sufrirán desnutrición crónica en 2030, con más de la mitad de ellos en África.
Otro hallazgo relevante es que más de un tercio de los adultos en las zonas rurales sufrirá inseguridad alimentaria moderada o grave para 2030, frente al 29,9% en las zonas periurbanas y el 25,5% en las urbanas. Sin embargo, el informe también destaca que la brecha de género en la inseguridad alimentaria se redujo de 2,3 a 1,3 puntos porcentuales entre 2022 y 2023, lo que sugiere avances, aunque aún insuficientes, en la equidad alimentaria global.
Los desafíos derivados de la urbanización son muchos, entre ellos la proliferación de comida rápida poco saludable, la escasez de productos frescos, la exclusión de los pequeños agricultores y la pérdida de capital natural debido a la expansión de las ciudades.
27/11/2024