Política

Líderes religiosos exigieron un alto el fuego inmediato en el Líbano

Por Redacción

Las comunidades religiosas del Líbano llevaron a cabo una asamblea de urgencia en Bkerké, sede del patriarcado maronita, el último miércoles , con la presencia de líderes de las 18 confesiones religiosas reconocidas en el país. Este encuentro, organizado en medio de la crisis que afecta al Líbano, contó con la participación del nuncio apostólico, monseñor Paolo Borgia, como representante de la Santa Sede.

Al término de la reunión, los líderes religiosos emitieron un comunicado dirigido al Consejo de Seguridad de la ONU donde exigieron que “se reúna a toda prisa para votar una resolución que imponga un alto el fuego” en la región. La petición de los líderes religiosos coincidió con una postura inflexible del ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, quien descartó cualquier tregua con Hezbolá.

El funcionario afirmó que las negociaciones solo deberían llevarse a cabo “bajo el fuego” de las armas, demostró el desdén de su gobierno hacia la posibilidad de una resolución pacífica. De la asamblea,  participaron personalidades representativas de las distintas comunidades religiosas del Líbano como el  primado maronita, cardenal Beshara Raï; el muftí de la República, Abdel Latif Derian; el vicepresidente del Consejo Superior chiíta, Ali el-Khatib; el patriarca greco-ortodoxo, Youhanna X Yazigi; y el jeque druso Akl, Sami Abil-Mouna.

A pesar de las diferencias históricas entre estas confesiones, los discursos convergieron en varios puntos fundamentales, como la urgencia de un alto el fuego, la elección de un presidente, la importancia de la unidad nacional y el respeto al Acuerdo de Taif.

El patriarca Beshara Raï abrió la sesión con un discurso de bienvenida, subrayando que el encuentro debía ser “un signo de esperanza” en medio de la grave crisis que atraviesa el país. Raï advirtió que las tensiones sociales y políticas actuales “corren el riesgo de desmoronarse” y llamó a fortalecer “el sentimiento de pertenencia de todas las comunidades del Líbano”, dejando de lado las disputas políticas internas.

Por otro lado, el discurso de Ali el-Khatib, representante chiíta, fue el único que mostró un tono disonante. El-Khatib defendió la existencia de la resistencia armada, afirmando que “es el Estado el que ha abandonado su soberanía durante décadas y se ha mostrado incapaz de defender a su pueblo”.

Esta postura dejó en evidencia la intención de la comunidad chiíta de legitimar la presencia de fuerzas armadas paralelas, como Hezbolá, argumentando que el Estado libanés no ha podido proteger a la nación. El tema de la elección de un presidente consensuado también fue motivo de debate. El-Khatib abogó por un “presidente consensuado”, un término controvertido en el Líbano, ya que en muchos casos ha sido interpretado como un compromiso político que socava la soberanía del país.

En estos términos se dejó en claro que para algunos sectores  la figura presidencial debe ser resultado de acuerdos políticos entre las distintas facciones. El jeque druso Akl, en su intervención, hizo referencia a san Juan Pablo II, evocó  la famosa frase del Papa Wojtyla: “¿Qué hay del Líbano como mensaje?” y recordó  la visión del pontífice sobre el Líbano como “un modelo de pluralismo para Oriente y Occidente”. Sin embargo, esta mención al pluralismo fue omitida del borrador final del comunicado, lo que evidenció la delicadeza del consenso en torno a ciertos temas.

Al final de la cumbre, los líderes religiosos solicitaron “la plena aplicación de la resolución 1701”, que incluye el despliegue del ejército libanés al sur del río Litani y el apoyo a las fuerzas armadas. También se hizo un llamado urgente para “la elección inmediata de un presidente conforme a las disposiciones de la Constitución”, que cuente con la confianza de los libaneses y logre un consenso amplio. Además, el comunicado rechazó “cualquier forma de usurpación de la propiedad privada”, en referencia a los desplazamientos forzados y la apropiación indebida de tierras.

Finalmente, los participantes agradecieron el apoyo de los países árabes y extranjeros, destacaron la importancia de la ayuda política, médica y alimentaria que han recibido. También pidieron asistencia internacional para reconstruir el país, que sigue siendo devastado por la guerra y las incursiones israelíes. El comunicado concluyó con un llamamiento a la paz, subrayando que “la causa palestina es la causa central de todo el mundo árabe”.

 

 

 

17/10/2024

 

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