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Advertencia del Papa Francisco: “Estamos al borde de una guerra mundial”

Por Redacción

El Papa Francisco llegó este viernes a Bruselas, Bélgica,  en el marco de su gira por Europa, en su  primer discurso aseguró que “estamos muy cerca de una guerra mundial”. En la base aérea de Melsbroek, bajo una intensa lluvia, el pontífice fue recibido con un breve himno reservado a jefes de Estado y comenzó su mensaje donde destacó el rol del país anfitrión  como un “puente” en Europa, en referencia a su posición histórica y geopolítica entre el norte y el sur del continente.

“Bélgica es un puente entre el continente y las Islas Británicas, entre el área de matriz germánica y la francófona, entre el sur y el norte de Europa”, afirmó Francisco, subrayó que su ubicación ha sido clave para la pacificación y la integración europea tras los conflictos históricos.

En ese sentido, llamó a Europa a recordar su historia, hecha de “pueblos y culturas, de catedrales y universidades, de logros del ingenio humano, pero también de tantas guerras y de una voluntad de dominio, que se convirtió a veces en colonialismo y explotación”. Al mismo tiempo, advirtió que “estamos cerca de una guerra casi mundial” y llamó a los líderes europeos a asumir la responsabilidad de evitar nuevos conflictos.

Sostuvo  que Bélgica, con su historia, debe ser un recordatorio de los peligros que supone desacatar fronteras y tratados. “Cuando se deja a las armas el derecho de crear el derecho, se destapa la caja de Pandora”, afirmó y pidió  preservar la paz y la concordia en un continente que ha sido testigo de innumerables lutos y catástrofes.

Francisco se refirió al rol de la Iglesia frente a los desafíos actuales, particularmente en relación con los abusos a menores, un flagelo que la institución ha decidido enfrentar “acompañando a los heridos”. Asimismo, mencionó el drama de las “adopciones forzadas”, sin dejar de señalar que la Iglesia no debe dejarse influir por la cultura dominante, la cual, a veces, distorsiona los valores del Evangelio para generar “sufrimiento y exclusión”.

En otro tramo de su discurso, el pontífice puso el foco la amenaza del “invierno demográfico” que afecta a Europa, una calamidad que equiparó al peligro de la guerra. Con un tono de urgencia reclamó  políticas para  combatir el envejecimiento poblacional del continente. La falta de nacimientos, según el Papa, representa una amenaza a largo plazo, en tanto que la guerra constituye un riesgo inmediato que puede derivar en una catástrofe global.

El Obispo de Roma  no eludió la crítica a la economía mundial, puntualizó que “en algunos países, las inversiones más redituables son las fábricas de armas”, un hecho que consideró escandaloso, dado el contexto de sufrimiento que generan los conflictos armados. Lamentó que el comercio de armas sea una prioridad para algunos gobiernos, mientras se dejan de lado otras iniciativas que podrían beneficiar a la humanidad.

El Papa concluyó su intervención dirigiéndose  a los líderes europeos para que se inspiren en la historia de Bélgica y actúen  con responsabilidad con el objetivo de evitar “la ignominia y la absurdidad de la guerra”. Invocó al Espíritu Santo para que dé a los pueblos el don de la esperanza, que les permita “caminar juntos” hacia un futuro de paz y fraternidad, culminó con el lema de su visita: “En route, avec Espérance”, un camino con esperanza.

 

 

 

 

27/9/2024

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