Por Redacción
La Asociación Docente de la Universidad de Avellaneda presentó en las últimas horas su primera encuesta docente con el objetivo de realizar un relevamiento estadístico de las condiciones laborales de sus afiliados y afiliadas. La misma busca caracterizar diversos aspectos de la vida y cotidianidad de las y los trabajadores de la educación universitaria, con la finalidad de comprender mejor sus necesidades y poder brindar respuestas gremiales adecuadas.
A través del Observatorio de Condiciones Laborales Docentes se estableció que un 46% de los docentes encuestados dependen en más de la mitad de su salario percibido en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) para su subsistencia.
Por otro lado, un 30,2% de los docentes aporta el 100% del ingreso hogareño, mientras que un 26,2% contribuye con entre el 50% y el 75%, y un 19,8% aporta entre el 75% y el 99%. En total, el 76,2% de los docentes dependen significativamente del salario percibido en UNDAV, y cualquier deterioro en el poder adquisitivo afecta notablemente su nivel de vida.
Asimismo, se evidenció que sólo el 23% de los docentes reside en Avellaneda. Un 38,1% vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y el resto en diversos municipios del Gran Buenos Aires (GBA), incluyendo La Plata (9,5%), Pilar (1,6%), y Quilmes-Berazategui (7,9%). La residencia influye en las posibilidades de transporte al lugar de trabajo.
En tanto, se corroboró que el 53,2% utiliza el automóvil, el 47,6% el colectivo, el 15,1% el tren, y el 4% el subte, mientras que un grupo significativo necesita más de un medio de transporte. Esto sugiere que cualquier variación en las tarifas de transporte público o en los precios de combustibles puede tener un gran impacto económico para los docentes.
El 29,4% de los docentes alquila su vivienda, el 1,6% es propietario pero paga una hipoteca, el 13,5% habita en un hogar prestado, y el 55,6% es propietario. La atención a los indicadores de alquiler es crucial, ya que un alto porcentaje del salario destinado al pago de la vivienda tiene impacto directo sobre la masa salarial de las y los docentes, especialmente en un contexto de desregulaciones y volatilidad de precios en el mercado de alquileres, indicaron fuentes sindicales.
En este marco, el 60% de los docentes vive con personas que dependen de sus ingresos, y en más de la mitad de los casos se trata de dos o más personas (53,3%). Principalmente se trata de hijos (78,7%), pero también de adultos mayores (17,3%) y compañeros/as (4,7%). Esto aumenta la probabilidad de incurrir en gastos relacionados con salud y medicamentos, y cualquier variación abrupta en los precios de estos bienes y servicios, junto con el congelamiento de salarios, puede perjudicar seriamente la economía y calidad de vida de las y los trabajadores.
Desde ADUNA indicaron que “a partir de la información relevada en esta primera encuesta, podemos inferir como mínimo la necesidad de ampliar y profundizar el observatorio de indicadores de precios frente a salarios, pues la mera contrastación del salario frente al IPC resulta insuficiente para explicar el deterioro del poder adquisitivo”.
“El IPC representa una canasta demasiado vaga y general como para poder permitir a una familia visualizar el impacto en su salario debido al aumento de ciertos precios, cuya evolución no es correctamente reflejada por el IPC, pero que pueden integrar una parte importante del gasto mensual realizado por dicha familia, que destina diferentes proporciones de su salario a: alquileres, alimentos, servicios, gastos relacionados con la vivienda, salud, transporte, cuidado personal, etc…”, añadieron desde la organización sindical.
Por último ratificaron que “desde ADUNA y su pata estadística OCLADUNA, reforzamos nuestro compromiso para llevar adelante un seguimiento de precios más pormenorizado, con miras a que nuestros afiliados y afiliadas puedan contar con herramientas de análisis más precisas que permitan identificar el impacto de sus variaciones en nuestro poder adquisitivo”.
19/6/2024