Por Redacción
El nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo, Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo, prevé que la desocupación mundial en 2024 sea del 5,2 %, lo que implica un retroceso respecto respecto al 5,1% de 2023. En tal sentido, el trabajo de la OIT adelantó que “se espera que dos millones de trabajadores más busquen empleo, lo que elevaría la tasa de desempleo” a nivel global.
De este modo, se detalló que “el crecimiento de las economías avanzadas se redujo casi a la mitad. Ante la fuerte y persistente desviación respecto de los objetivos inflacionistas, los bancos centrales tenderán a mantener una orientación restrictiva de las condiciones monetarias, al menos hasta finales de 2024″.
No obstante, “a pesar de la ralentización económica, el crecimiento mundial en 2023 fue ligeramente superior a lo previsto y los mercados de trabajo mostraron una sorprendente resiliencia. Gracias al intenso crecimiento del empleo, tanto la tasa de desempleo como el déficit de empleo han descendido por debajo de los valores anteriores a la pandemia”, resaltó la OIT.
Sin embargo, según el registro de la Organización Internacional del Trabajo “el promedio de
horas, todavía inferior a los niveles prepandémicos de 2019, lastra la oferta mundial de insumos laborales disponibles y desequilibra el mercado de trabajo, especialmente en sectores clave de las economías avanzadas y de algunas emergentes”.
Aún así, se explicó que “en 2023, el número de trabajadores que vivían en una situación de pobreza extrema en el mundo, es decir, con ingresos inferiores a 2,15 dólares de los Estados Unidos al día por persona en paridad de poder adquisitivo (PPA), aumentó en casi un millón”.
El trabajo Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo puntualizó que “el número de trabajadores en situación de pobreza moderada aumentó en 8,4 millones en 2023; solo descendió la pobreza moderada en los países de ingresos medianos altos. Como aspecto positivo cabe destacar que las tasas de informalidad han recuperado los niveles anteriores a la pandemia, aunque se alcanzó la cifra de 2000 millones de trabajadores informales debido al crecimiento de la fuerza de trabajo mundial”.
Asimismo, la OIT aseguró que “a medida que se endurecen las condiciones financieras mundiales, los países en desarrollo con altos niveles de endeudamiento se exponen a un riesgo de rápida desestabilización económica que perturbará el empleo, las condiciones de trabajo y el crecimiento salarial. Por el momento, estos problemas han sido esporádicos y han tenido pocas repercusiones regionales o mundiales”.
En otro plano se precisó que “tras un breve repunte del crecimiento en la etapa de recuperación de la pandemia, la productividad laboral agregada retrocedió rápidamente a los bajos niveles observados durante el decenio anterior. Esta ralentización se produjo a pesar de la aparente aceleración del progreso tecnológico, especialmente en el campo de las tecnologías digitales”.
En tal sentido el informe acotó que “todo parece indicar que, en un futuro próximo,
las perspectivas del mercado de trabajo se deteriorarán, aunque solo moderadamente. Se prevé un leve repunte de las tasas de desempleo mundial durante el periodo pronosticado, debido sobre todo al déficit de puestos de trabajo en las economías avanzadas”.
Por último, para la OIT “los gobiernos deben fortalecer las economías nacionales mediante iniciativas que potencien el crecimiento de la productividad y el nivel de vida. A tal efecto, los gobiernos y los interlocutores sociales podrían recurrir a los instrumentos de cooperación internacional existentes para fomentar las iniciativas regionales de productividad, reforzando, por ejemplo, las alianzas mundiales en materia de competencias”.
10/1/2024