Por Redacción
Ecuador enfrenta un escenario de violencia por tercer día consecutivo, sumergiéndose en una espiral caótica desencadenada por bandas criminales y narcotraficantes, sumada a la crisis política y económica. Desde el pasado lunes, el país fue testigo de al menos 10 muertos, más de un centenar de policías y personal penitenciario secuestrados, agresiones a periodistas, numerosos ataques armados y la detención de al menos 70 individuos.
Las desoladas calles alrededor de la sede presidencial en el centro de Quito son custodiadas por centenares de militares, mientras en el norte, el parque de La Carolina, el más grande de la ciudad, permanece vacío, despojado de sus habituales deportistas. En las avenidas de la capital y la ciudad portuaria de Guayaquil, foco principal de la crisis, pocos autos y colectivos circulan en una mañana marcada por la ausencia de actividad. Los comercios de barrio y las escuelas permanecen cerrados, en el contexto de un escenario en permanente tensión en las urbes afectadas.
Ecuador se encuentra en estado de excepción debido a un conflicto armado interno, según un decreto ejecutivo del presidente Daniel Noboa. En una respuesta ante la situación, se identifica a los grupos delictivos como “organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes”. Las Fuerzas Armadas, la Policía y otras fuerzas de seguridad se movilizan ampliamente para restablecer el orden.
En el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre de Quito, se implementarán más estrictas, incluida la prohibición de ingreso a la terminal para cualquier persona que no porte “sus documentos de viaje, es decir, pasaporte o cédula de ciudadanía y boleto aéreo o pase de abordar”, según informó la agencia de noticias Sputnik.
Fuente: Télam.
10/1/2024
