*Por Aritz Recalde
Ricardo Iorio es, sin lugar a dudas, uno de los grandes forjadores y emblema del rock argentino. Es el edificador del metal pesado y de los pocos artistas capaces de escribir una poética de profundas raíces argentinas de orientación social y de sentido contestatario.
Todos sus grupos estuvieron atravesados por ese posicionamiento. V8 cantó “Recorriendo las calles solo hallé corrupción, gente apurada que quiere ganar sembrando solo dolor”… “la realidad, de una tierra hostil y fría me muestra su cruel verdad”.
HERMÉTICA nació en la antesala del menemismo y ninguna banda denunció tan profunda y claramente el tsunami nacional y social que se avecinaba. Las letras eran un desesperado relato de la cruel realidad política y cantaban “La ciudad duerme en un corte de luz, el vaciamiento se está efectuando, y entreverado en la confusión, se ahoga mi grito de desesperación”.
Su segundo disco, ÁCIDO ARGENTINO, condensó la crítica social (“En las calles de Liniers), la reivindicación de lo popular (Gil trabajador o Del Camionero), la búsqueda del ser americano (La revancha de América o Memoria de siglos) y el ideario contestatario rockero-anarco, similar al de Larralde (la letra “Robó un auto” describe a una pareja escapando del sistema).
Fiel a su postura, cantó “No callaré, porque me sobra aguante y alzo mi voz, evitando el ablande del ladrón”. El último disco de Hermética, VÍCTIMAS DEL VACIAMIENTO, es una obra que va de frente contra el sistema alertando a la juventud “El desvalije está latente, lo sabe hasta el presidente, en un avión se llevó el dineral, ¿a dónde? Nadie sabe, por supuesto”…
El disco tiene letras de sentido profundo, de reflexión existencial, con el tono apocalíptico propio de Ricardo y de una época terrible para el país. En “Otro día para ser”, actualizó Cambalache, y cantó
“Sufrir, gozar, Odiar, amar, ser o no ser, culpable o inocente, malviviente o juez, o quien con sólo su firma decreta la ley”.
La policía del pensamiento de lo “políticamente correcto”, salió a cuestionar a IORIO acusándolo de –supuestamente- reivindicar todos los males de la política argentina. Yo nunca estuve de cuerdo de aplicarle al músico la racionalidad partidaria. Más allá de eso, tengo en claro la condición nacional, anarco-libertaria y profundamente popular de RICARDO IORIO que no se juntó a comer públicamente con el dictador J. R. Videla como si lo hicieron Borges y Sábato…; que no reivindicó los asesinatos de 1955 como Borges o inicialmente Rodolfo Walsh…; tampoco reivindicó regímenes brutales y autoritarios como el soviético, siguiendo al primer Atahualpa Yupanqui…; no tuvo relación con Menem como Charly García y otros tantos músicos….
A los jóvenes solamente les quiero transmitir dos opiniones finales. La primera, disfruten de Borges, de Yupanqui, de García o de todos los artistas, escritores o músicos más allá de lo que en algún momento de su vida hicieron o de las opiniones inquisidoras de la policía de lo políticamente correcto. También quiero destacar y reivindicar a ese gigante que fue RICARDO IORIO, a ese poeta y músico, hombre y rockero políticamente incorrecto, decidor de verdades y nunca empleado de la pauta oficial o privada.
Se trata, como cantó en ALMAFUERTE, de ser o no ser: “Vamos, che, ¿por qué dejar que tus sueños se desperdicien?, si no sos vos, triste será, si no sos vos, será muy triste”.
*Sociólogo, doctor en comunicación. Docente y Secretario de Investigación y Posgrado de la Universidad Nacional de Lanús.
30/10/2023