Por Lucas Schaerer
La Iglesia Católica es antigua y joven. Esa contradicción de los tiempos convive en armonía gracias a su propia lógica. No reniega del pasado -a los viejos no los arroja por la ventana-, lo preserva, se nutre de las raíces históricas, aunque la actualiza a los nuevos tiempos. Partiendo de la Biblia los Papas y sus equipos de trabajo, del clero romano, como las congregaciones y laicos de todo el mundo, que se forman en distintas disciplinas de las ciencias sociales y científicas, que en el discernimiento de la realidad que los rodea encontraron en el origen del sistema económico que nos rige la expresión “justicia social”.
Fue hace 180 años que Luigi Taparelli, formado en la Compañía de Jesús, quien escribió “Ensayo teórico del derecho natural apoyado en los hechos”, publicado en 1843, donde dejó como legado que: …“la justicia social debe igualar de hecho a todos los hombres en lo tocante a los derechos de humanidad…”.
Fue a fines del siglo XIX, en el nacimiento de una nueva Era, la modernidad, que crecía el conflicto entre trabajadores y patrones, entonces el Papa de ese tiempo no miró para otro lado, tampoco calló antes las injusticias sociales. De allí que se reconoce como el primer Papa de las enseñanzas sociales católicas, a León XIII. En 1891 dio a conocer la encíclica “Rerum novarum” (Acerca de las nuevas cosas) donde deploraba la opresión y virtual esclavitud de los trabajadores por parte de “un puñado de gente muy rica” y clamaba por salarios justos y el derecho a organizar sindicatos. Pero fue con Pío XI la primera vez que se usó en una encíclica papal la expresión “doctrina social”.
En “Quadragesimo anno”, que significa cuadragésimo año, y fue dada a conocer el 15 de mayo de 1931, es a los 40 años de la encíclica “Rerum Novarum” y recuerda como León XIII se hizo cargo del problema de los obreros sin pasar por el liberalismo, ni por el socialismo. Además el Papa Pío XI recuerda también los frutos que dio la encíclica, ya que los gobernantes pos primera Guerra Mundial tomaron los principios enunciados por la “Rerum novarum” como la mejora de las condiciones laborales y la construcción de sus asociaciones.
Asimismo, en esta encíclica escrita hace más de 90 años recuerda cómo ya el Papa León XIII no hizo una defensa a ultranza de la propiedad privada a costa de la comunidad o de la sociedad y plantea que quienes niegan el carácter social y público del derecho a la propiedad pueden caer en el individualismo, pero quienes disminuyen o rechazan este carácter caen el colectivismo.
Nuevo libro “Poliedro y amistad social”
De esa tradición viene el primer Papa del continente americano y por ello que Jorge Mario Bergoglio no dudó en responderle una carta al profesor argentino, nacido y que vive en la provincia de Corrientes, Miguel Ángel Barrios, donde reconoce que leyó su libro “Poliedro y Amistad Social” y agrega el Papa Francisco, a mediados de enero de este año, que considera a la obra “un buen aporte para entender, explicar la actualidad de la Doctrina Social de la Iglesia” y cierra su misiva el Vicario de Cristo diciendo que está seguro que “hará mucho bien a las personas que lo lean”.
El libro “Poliedro y amistad social”, editado por Biblos, cuenta con la carta de presentación de Francisco y tres prologuistas. Uno de ellos es muy particular. Es el joven Luciano Umérez Köller quien firma como “converso católico”. Desde los Estados Unidos donde vive y trabaja este prologuista nos pide leer el libro de Barrios “a la luz del Evangelio, ya que Francisco no es un intelectual que desea ser leído sino un pastor que busca guiarnos en el camino al encuentro con Jesús”, porque los aportes de Francisco buscan llegar al corazón, no ser una idea, de allí Umérez Köller dice que “el profesor Barrios logra evitar hacer una ideología del pensamiento de Francisco y mantiene su mensaje evangelizador de buscar a Jesús en su Cuerpo Místico, en la Patria Grande, la Madre Patria” y reconoce otro eje central del pontificado de Francisco como “el punto culmine de una experiencia y discernimiento que lleva 500 años de peregrinación en Latinoamérica”.
Por su lado, Marcelo Trejo de la Organización Latinoamericana de Teología y Ciencias Sociales “Amerindia”, en su prólogo destacó al autor de “poliedro y amistad social” como un activo intelectual para América Latina que busca “los aportes conceptuales francisquitas para una renovada mirada eclesial y praxis socio-popular latinoamericana” donde el “poliedro representa una sociedad donde las diferencias conviven complementándose, enriqueciéndose e iluminándose recíprocamente…una unidad de matices”.
El otro prologuista, Gustavo Béliz, miembro ordinario de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales del Vaticano, resalta los aportes de Francisco a la doctrina social enumerándolas y explicándolas: 1) la misericordia como eje transversal. 2) De la periferia al centro. 3) Una nueva peregrinación que nos convoca a la salida. 4) Un puente donde no cabe la teoría del descarte. 5) La unidad es superior al conflicto. 6) La ecología integral. 7) Las nuevas formas de esclavitud. 8) La paz como valor universal en jaque. 9) Neocolonialismo extractivista de proyectos colectivos y sanas utopías. 10) El llamado a una audacia creativa.
En la introducción del libro Miguel Ángel Barrios se expone como “un laico comprometido” y su obra como parte de esa “misión cristiana que otorga el bautismo” donde nos aclara que ve como “motor de la historia a la lucha incesante de centros y periferia, y no un problema moralista” para luego detallar que su obra sobre los aportes de Francisco a la doctrina social de la iglesia son los siguientes conceptos: poliedro, amistad social, casa común, santos de la puerta de al lado, popularismo, poetas sociales (pos-pandemia llamados por Francisco samaritanos colectivos), la guerra justa y una nueva doctrina de la paz y la revolución cultural es urgente.
“Poliedro y amistad social” va desandar las enseñanzas sociales de la nueva Era eclesial que encabeza el primer Papa argentino y jesuita de la historia.
21/8/2023