Por Redacción
En el marco de la 111° Conferencia Internacional del Trabajo, que se desarrolla en Ginebra, Suiza, el Secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación General del Trabajo, Gerardo Martínez, aseguró que “el aumento de la desigualdad, la precarización, la informalidad y la pobreza impiden el progreso para los países en vías de desarrollo”.
Al mismo tiempo, subrayó que “durante la pandemia solicitamos que las vacunas sean un bien social y sanitario para toda la población, y no ocurrió, nadie nos escuchó. Ante las realidades que venimos observando en los últimos años, los trabajadores reclamamos un cambio en la arquitectura financiera mundial”.
Por otro lado expuso que “en el rol protagónico que tiene el FMI, organismo con muy mala reputación en las regiones en vías de desarrollo. Sin dudas es momento de generar un nuevo contrato social que dé respuesta a las impostergables demandas económicas, productivas y sociales. Los trabajadores necesitamos propuestas de recuperación con un enfoque basado en derechos y con progreso social”.
Del mismo modo, argumentó: “Promovemos el tránsito de la informalidad a la formalidad y un futuro del trabajo con un piso de protección social y laboral garantizado. La educación es central en la estrategia de inclusión. No podemos hablar de trabajo sin educación. Los trabajadores no tenemos miedo a la modernidad y a los cambios tecnológicos”.
Martínez, aseguró que “los hechos demuestran que los beneficios no son compartidos. Queremos que las inversiones den trabajo con un estado regulador que compense los costos sociales de la transición. Por eso hablamos de un nuevo contrato social. Los datos de la región de Las Américas son alarmantes. Las economías de mi región enfrentan un complejo escenario externo, marcado por bajo crecimiento en la actividad económica y del comercio mundial”.
El titular de la UOCRA, indicó que las según las proyecciones “de la CEPAL, se estima un crecimiento promedio de 1,2 %, insuficiente para que una recuperación llegue a todos. Más del 50 % de nuestra población se encuentra en situación de pobreza, con violaciones permanentes a la libertad sindical y limites a la negociación colectiva”.
“Reiteramos que necesitamos una gobernanza en la región que respete y cumpla los derechos y principios fundamentales que promueve esta casa. En argentina tenemos una crisis de credibilidad política que golpea a los esfuerzos del gobierno por ordenar la macroeconomía”, enfatizó el dirigente sindical.
En esa línea, aclaró: “Cumplimos 40 años de la recuperación de la democracia en un contexto donde la eficacia de la política como reparadora de las deudas sociales, está en tela de juicio. Frente al intento de instalar la intolerancia política y social debemos establecer condiciones básicas de gobernabilidad en la política y en la economía. En las democracias occidentales la política es la llave maestra para resolver los problemas estructurales de nuestros países”.
De este modo, afirmó que “el movimiento sindical argentino llama a la concertación y al dialogo, que es la condición esencial para generar políticas de estado mirando el mediano y largo plazo. La gravedad de nuestra realidad exige que nadie especule. Observamos que ninguna fuerza política podrá resolver los problemas estructurales existentes desde la soledad”.
Martínez ponderó la determinación del gobierno argentino para “mantener el espacio de dialogo social que permitió ejercer libremente las paritarias; un derecho y una herramienta fundamental para defender el poder adquisitivo de los salarios. Destaco también el fortalecimiento del sistema de seguridad social para mejorar las prestaciones sociales de nuestras poblaciones más vulnerables”.
Por último, ante los delegados internacionales, el dirigente sindical argentino reafirmó, “nosotros apostamos al desarrollo, la producción, y al trabajo como pilares de la justicia social; y a la unidad nacional para la grandeza de nuestra patria y la felicidad de nuestro pueblo”.
8/6/2023
