Entrevistas AGN

Rubén Fernández, UPSA: “El mensaje es la unidad”

Por Gustavo Ramírez

La oficina de Rubén Fernández, Secretario General de la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales, mira a la intersección de las Avenidas 9 de Julio e Independencia. El verano parece aplomarse en la ciudad adecuándose a la rutina de una ciudad que no registra la llegada del fin de año.

Adentro la historia envuelve la atmósfera. No porque  el diseño edilicio contengan ecos del pasado, sino porque las fotografías que decoran las paredes eternizan momentos claves en la biografía sindical. Los íconos que en ellas están retratados dan sentido al peso simbólico que adquiere el devenir del tiempo y al contrario del afuera parecen sobrevivir a la rutina. Así conviven en una silenciosa pero contundente armonía Perón y Evita, con Cristina Kirchner y el Papa Francisco, por ejemplo.

De cierta manera, la historia será el hilo conductor por donde se deslizará la charla, café de por medio. Fernández sabe como captar la atención, invita a la escucha, a la lectura. En Argentina ser sindicalista es un trabajo, no siempre reconocido como tal, que requiere tanto formación política, gremial, como oficio. La “opinión pública” suele darle vuelta la cara a esta perspectiva motivada por las acciones mediáticas. Sin embargo, la labor realizada no se puede borrar con palabras, así como tampoco se puede exterminar a la historia:

¿Cómo fue este año para ustedes en términos generales?

En términos generales fue un buen año. Como balance, desde lo institucional y mirando a UPSA específicamente. Con muchos problemas, obviamente, como todo el mundo. Saliendo de la pandemia e ingresando a una “normalidad” que despacito se va  acomodando.

Para nosotros fue un año electoral. Terminó nuestro mandato electoral el 1° de julio y el proceso electoral empezó a principio de año. Por primera vez en mucho tiempo apareció en redes sociales una posible oposición que nos llamó la atención pero que terminó por ser un bumerang para ellos porque hicieron una campaña muy violenta, al estilo fake news, tirando cosas y siempre en las redes sociales. No las firmaba nadie, inventaban personajes que decían cualquier cosa en sus páginas y resulta que después no existían.

Todo eso, de entrada, generó una especie de “revolución”, pero la verdad es que nos mantuvimos tranquilos, nunca respondimos ni nada por estilo. Hicimos una asamblea que fue histórica, la hicimos en nuestro centro recreativo en Ezeiza, para la elección de la Comisión de la Junta Electoral, de la cual participaron 433 personas. Tremenda, histórica. No hay en la historia de UPSA antecedente como este, teníamos como mucho, allá por la época de Menen cuando fue la privatización de Aerolíneas que se hizo una asamblea que también fue multitudinaria con 180, 190 personas. Eso fue lo máximo que tenía UPSA en una asamblea.

Algunos de los representantes de esta oposición se presentaron, hicieron  una propuesta y nosotros hicimos la nuestra y le ganamos 422 a 11. De esta manera se demostraron dos cosas: el apoyo que teníamos y la democracia de nuestro gremio. Después de eso no llegaron a presentar lista, lo que presentaron estaba incompleto. La gente participó, se movió y nos ratificó el mandato. Hicimos lo que nosotros llamamos la “renovación segura” porque se renovó la mitad de la comisión directiva. Mucha gente nueva, mucha gente joven.

Así que desde ese punto de vista, institucionalmente fue muy bueno porque fue una ratificación de la gente, fue una ratificación de las afiliadas y los afiliados de muchos años de trabajo. Desde ese punto de vista bien.

¿Desde lo gremial?

Desde el punto de vista gremial, si vamos al eje en relación a la fuente de trabajo y del poder adquisitivo del salario, podemos afirmar que la fuente de trabajo se mantuvo. Pudimos ir insertando algunos de las y los compañeros ex LAN Argentina, buscándoles actividad laboral. En principio  de lo que fuera y después, despacito,  los fuimos metiendo en la actividad aérea.

En lo salarial hemos logrado, en todas las empresas, una recuperación acompañando la inflación. O sea que terminamos el año no perdiendo bajo ningún concepto, que no es poco en este momento. En algún caso se perdía financieramente porque los aumentos se cobraban dos meses después del ajuste salarial, en comparación con lo que había sido la inflación, con lo cual tenés una pérdida financiera. Bueno, eso se compensó con algunos bonos. Desde ese punto de vista también estuvimos bien.

Tuvimos una pequeña crisis con la obra social por los aumentos autorizados por el gobierno que fueron superiores a la inflación. Obviamente, nosotros mantenemos la actualización de nuestros ingresos a partir de los ingresos que tienen nuestros afiliados. Como dije recién, los ingresos de las y los afiliados fueron acompañando a la inflación y eso aumentos sí se los trasladamos.

Ahora, cuando los aumentos fueron aplicados por encima, ahí nos quedamos medio sin resto. Se produjo un problema grande con nuestros jubilados vitalicios porque nosotros a ellos, más allá de los aumentos que fueron recibiendo como todos los demás, les subsidiábamos una parte de la cuota de la obra social. Como los aumentos fueron por encima de la inflación nos fuimos quedando sin resto y nos fuimos quedando sin frente con los subsidios. Tuvieron un doble aumento, el aumento de la cuota y el aumento por dejar de percibir el subsidio. Con lo cual nos encontramos para fin de año con una situación incómoda.

Despacito y en conjunto con ellos, hicimos reuniones, hicimos una reunión con 200 y pico de jubilados vitalicios que estaban muy preocupados y alguno hasta enojado y con razón. Pero hablando nos entendimos, comprendieron como venía la mano y empezamos a tomar una cierta cantidad de medidas y para fin de año fuimos acomodando más o menos la cosa, que no es fácil, porque no la tienen tan fácil como antes, ahora están medios ajustados. Pero les permite llevarla adelante y entendemos que durante el transcurso del año que viene, si se mantienen estas condiciones, la cosa se va a poder emparejar. Pudimos arreglarlo con lo cual terminamos el año en paz. Pero bueno, en líneas generales desde lo gremial fue un buen año.

Como  política institucional tuvieron una participación activa en la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte. ¿Es desde allí donde se puede rescatar el valor del Movimiento Obrero argentino, sobre todo de los gremios del transporte,  porque desde ITF hay un reconocimiento a los sindicatos argentinos?

La verdad que nuestro ingreso a ITF, hace ya 15 años, la sorpresa que nos dio es el reconocimiento que había hacia el gremialismo argentino en todas las actividades del transporte y del peso específico de cuanto valía la palabra de un gremialista argentino cuando daba una opinión sobre determinado tema.

Obviamente hay una historia atrás que nosotros naturalizamos como algo normal y que para el resto, en general, en situaciones de distintos países no los es. Para los compañeros  que están en Asia, África o Europa mismo causa admiración el sindicalismo nacional y es una doble satisfacción  pero sobre todo una obligación.

A lo largo del tiempo se ha participado y se ha logrado que haya representación en las distintas secciones de lo que es ITF. Siempre hay algún argentino ocupando algún cargo. De hecho nosotros en el transporte de aviación civil tenemos al Presidente a nivel mundial,  que es Edgardo Llano, de APA.

En el caso de UPSA tenemos la vicepresidencia de la aviación civil para América Latina y el Caribe. Eso en cuanto al tema aéreo pero tenemos un reconocimiento en la Juventud Sindical como el caso de Horacio Calculi de Aeronavegantes, Juan Pablo Brey en la subsección de lo que es la representación de tripulantes de cabina para la región.

El caso de Pablo Moyano que es el representante de América Latina y el Caribe en ITF  a nivel general y a nivel mundial. Como decimos siempre: en la mesa chica siempre hay un argentino. Lo mismo con Roberto Coria de Guincheros, Jorge Aruto de Dragado y Balizamiento como representante acá. Ese trabajo no es un trabajo de rosca para tener un cargo, sino que desde ahí se trabaja. El trabajo que se hace es muy fuerte y el gremialismo argentino tiene un peso importante y reconocimiento a nivel mundial.

El mismo trabajo se hizo en la OIT.

Por supuesto, si claro. Mirá, a fin de año en un evento que hizo APLA el día infartante de los penales contra Holanda, estaba presente Jaime Rodríguez que es el Presidente de los Pilotos en Colombia que tuvo un enfrentamiento contra AVIANCA. Fueron tres, cuatro años de peleas tremendas. Con la Corte Suprema colombiana fallándole en contra.  El Ministerio de Trabajo en contra,  la presidencia en contra. Les habían habilitado para que pilotos extranjeros volaran los aviones.

Bueno, ellos se mantuvieron y fundamentalmente lograron un importante apoyo del gremialismo argentino. Entonces, él vino a reconocerlo y a agradecerlo. Lo hizo en el reconocimiento a APLA, con Pablo Biró, en primera instancia como pilotos argentinos,  pero también a los trabajadores aeronáuticos argentinos, en la figura de Edgardo Llano y en la mía. Les daba un aliento bárbaro no solamente el hecho del apoyo moral sino también porque hicimos medidas acá y allá en Colombia.

Se presentó, a través de ITF sección Aviación Civil que preside Edgardo Llano, una declaración donde ITF terminó intimando a Colombia para que se los reconociera como se los tenía que reconocer. Ganaron esa lucha y quienes terminaron presos fueron las autoridades de AVIANCA y no, como se pretendía, que fuera la gente de los sindicatos.

Entonces, ese trabajo de apoyo, de comunicación, de estar, por eso que nombraste a la OIT, es estar tocando todos  los timbres en todos lados. Y vuelvo a decir: se permite y se recibe porque donde llega un gremialista argentino se sabe que hay trabajo de años y años y años.

Uno puede gustarle o no gustarle Gerardo Martínez pero el trabajo que hace en la OIT es un trabajo constante como era el de Venturini en su momento. Palabra mayor, vos nombras a Venturini en la ITF y en OIT y todo el mundo se levanta y te saluda. (N del R: Enrique Venturini fue un histórico dirigente del Sindicato de Electricistas y Electronicistas Navales). Un tipo que laburó durante años, y tantos otros como él fueron dejando huellas y huellas buenas, no embarradas, huellas buenas.

Ahora, ¿Le cuesta al campo político reconocer y valorar el trabajo del Movimiento Obrero en Argentina?

Creo que sí. A ver, hay distintas variantes. Están los que obviamente no nos quieren, eso está clarísimo. En el caso aeronáutico lo vemos vuelta y vuelta cuando salen a matarnos cuando hablan de la actividad aérea. Están los que nos quieren pero saben que todo ese poder, llevar a la gente, de conducirlos, de estar, lo toman como si fuera una competencia con ellos, con la política. Cuando no es así.

Esto tiene que ser en conjunto. Es la única forma, el peronismo se creó así. Perón al Movimiento Obrero no lo tenía como a una competencia de la clase política. Al contrario, tenía que amalgamarlo. Acá es como que, y hemos visto dirigentes propios de nuestro frente, en su momento te decían: no, no, nosotros con la gente hablamos nosotros, no necesitamos a los dirigentes gremiales. Así nos fue, tuvimos a Macri de presidente gracias a eso.

Cuesta.  Como definición general, después tenés muchos políticos que trabajan codo a codo, que los mirás y no hay ningún problema. También tenemos compañeros, dirigentes gremiales  que no están a la altura de las circunstancias, como todo. Esto es una comunidad y no somos una excepción de nada.

La historia es muy clara, cuando nos juntamos todos los sectores del campo popular atrás del mismo objetivo ganamos. Cuando cada uno fue por su lado perdimos. En cada entrevista que doy repito las palabras del Pepe Mujica: La derecha se une para hacer negocios y llegar al poder. Mientras nosotros, desde el campo popular, las políticas progresistas, nos peleamos por la ideología y terminan gobernando ellos.

Si nos unimos ganamos. Mientras sigamos peleando y discutiendo y mirando al que tenemos al lado, de nuestro mismo campo, como a un enemigo y no como a un rival, si querés, ideológico  para discutir ideología, vamos a perder. El enemigo está del otro lado, no está entre nuestra gente. Podemos pensar distinto, podemos tener visiones distintas para distintas situaciones pero no es nuestro enemigo. Nuestro enemigo está en otro lado.

Hablabas  de como Perón integró al Movimiento Obrero, teniendo en  cuenta este eje ¿se deja de lado la historia por qué nos queda lejos en el tiempo o esta es una definición del sistema donde al borrar la historia se pretende borrar la identidad de los sectores populares?

Es una pregunta más filosófica que me escapa. Para mí, lo que veo y siendo bien pragmático, creo que esto se lo deja de lado porque en este contexto y en ese trabajo conjunto entre el sector del capital y el del sector del trabajo se debería conseguir el equilibrio en la distribución fifty-fifty.

Entonces, en la medida que eso no se discuta, en la medida que a eso no se llegue con un acuerdo, el sector que hoy tiene la mayoría, porque no estamos fifty-fifty, no se quiere sentar a discutir, porque si lo hace sabe que tiene que resignar. No me siento para, por los menos, seguir manteniendo lo que tengo. El gobierno ahí se lo tiene que sacar a la fuerza. Que es lo que hizo el kirchnerismo durante sus doce años de gobierno, llegar al fifty-fifty.

Duhalde, para mí, fue el último que arrancó con un Consejo Social para trabajar todos juntos. Era una crisis terminal, obviamente, esa que atravesamos y no quedaba otra. Yo creo que acá Alberto lo tenía que haber hecho. Una de las cosas que tenía que haber hecho y no hizo. A penas asumió y entrada la pandemia, nadie sabía dónde estaba, era un momento para sentarse y decir salgamos todos juntos. Para de ahí salir con seis, siete, ocho lineamientos.

No lo hizo. Y del otro lado, vuelvo a decir, piensan para qué voy a ir, si voy, voy a perder. Si yo capital tengo el 60 % de ingresos de la torta, si lo tengo conmigo y el 40 % lo tienen los laburantes, si me siento a discutir mínimo voy a salir 55 a 45.

Yo lo veo desde ese lado. Que puede haber alguna forma, como vos lo planteas, es decir, para terminar de borrar toda la historia, y  puede ser que alguien lo piense. Viendo la dirigencia argentina, el nivel de mediocridad que hay es muy grande, creo que hay una crisis dirigencial tremenda.

Veía las discusiones fuertísimas, cuando era más joven, ente Jaroslavsky con Manzano, con Pedrini, con Pugliese, pero eran discusiones políticas, de ideas. Hoy la discusión es: vos sos chorro, drogadicto, vos sos aquello, vos tenés aquello. Voy a la justicia  y te denuncio. No hay una discusión, un debate político de ninguna idea.

Falta contenido.

Totalmente. No hay una línea de contenido.

Te llevo a otro plano. Me imagino lo que puede representar para ustedes el hecho de ver a la aerolínea de bandera atravesada por hechos históricos, desde traer las vacunas hasta acompañar a la Selección, por ejemplo. El peso simbólico también en muy fuete ¿cómo lo observas vos?

A ver. Obviamente, desde traer las vacunas, traer los respiradores cuando se fueron a buscar a China, bueno,  para eso tenés tu línea aérea de bandera desde donde vas al objetivo de lo que traes y no al costo.

También lo simbólico de traer a la Selección Argentina con la Copa sentada en un asiento, puesta en un asiento con el cinturón de seguridad. A ver,  para que se entienda.  Aerolíneas Argentina, al ser una empresa de bandera cuando está en el aire es un pedazo de Argentina volando. Es Argentina cuando está volando. No es una compañía, es Argentina. Entonces, el hecho de que la Selección Argentina campeona viniera en ese avión es entender que estaba volviendo  Argentina.

Ojo, está para traer a la Selección campeona y está para traerla cuando la trajo de Sudáfrica cuando perdimos con Alemania. Y trajo a la Selección Argentina con Maradona de director técnico, Messi en sus primeros años. No es que la trae cuando se sale campeón para sacarse la foto y hay cinco millones de personas esperándolos. Sino también cuando pierde te trae Aerolíneas Argentinas. Entonces, ese es el símbolo de Aerolíneas Argentinas. Traje a la ganadora pero cuando pierde también la traigo. Porque son argentinos y son míos. Pierden, bueno, fenómeno, son mis perdedores. Argentina. Eso para mí es el símbolo.

¿Falta conciencia, sentido de pertenencia para entender esto? Se habla mucho de soberanía pero no se tiene en cuenta que la soberanía implica esa  pertenencia que de alguna manera, en esto que hablábamos de borrar el sentido histórico, se va perdiendo.

Por supuesto. Bueno, eso es lo que intentan siempre en el caso específico de Aerolíneas y con un montón de cosas más. No te olvides que quisieron desmalvinizar con Patricia Bullrich diciendo que a los laboratorios le damos las Malvinas. Es  mucho más grave. Mucho más grave.Pero con el tema Aerolíneas lo que pretendieron es eso.

Ahora, también si vos ves a lo largo de la historia cada vez que se la intentó destruir, la gente, la calle, la mayoría no se había subido a un avión y  salió a defenderla porque la considera suya, propia, como el Obelisco, como  el dulce de leche, como el tango.

Se ve obviamente que el intento es desarraigar eso como para que el día que la quieran volver a destruir para transferir el negocio, como intentó Macri del 2016 al 2019. Para poder avanzar con eso necesitan desarraigar todo esto que tan fuertemente une al pueblo con Aerolíneas desde hace 72 años. El objetivo pasa por ese lado, no me cabe la menor duda.

Pero pasa con todo. Bueno, lo escuchás a Luis Juez decir que somos un pueblo de mierda, esta Nación de mierda y sale en los medios. No flaco, vos sos un tipo de mierda que acusaste a los ecuatorianos de sucios y estabas representando a la Argentina. No flaco, vos sos de mierda. Argentina no es un país de mierda, vos sos de mierda. Luis Juez vos sos de mierda, Rubén Fernández te lo dice.

Teniendo en cuenta el contenido de esta charla y que tenemos por delante un año electoral ¿Cuál es el mensaje sobre el que hay trabajar de cara al futuro cercano?

Mirá, esto lo hablo con la gente con la que tenemos contacto permanentemente, nuestros afiliados, nuestros compañeros, la familia: acá el mensaje es la unidad. No hay otra.

El tema es que es muy difícil y lo que se tiene que tener en claro es que la dirigencia que nos vaya a representar, que vaya a pelar de acá a las elecciones y después cuando ganemos para gobernar, tiene que jugar sin tenerle miedo a nadie. Porque si le vamos a tener miedo a las tapas de Clarín y La Nación, si le vamos a tener miedo que la Corte Suprema si perdemos se vengue y nos meta presos por cualquier cosa, perdimos la batalla.

Es un trabajo donde tenemos que hacer y revalorizar lo que vos decís, eso como historia, pero se necesita el transformar que “los días más felices fueron y son peronistas” en realización  y no dejarlo en una frase hecha. Porque es una realidad y hay que  demostrarlo con los hechos.

Es una batalla complicada, es una batalla difícil. Tenemos el 10, el 15 % de los medios a favor y el resto está totalmente en contra. Esta es la realidad que tenemos hoy y tenemos que enfrentarla. Pero siempre digo que el peor de los nuestros siempre es mejor que el mejor de ellos.

Al peor de los nuestros nosotros podemos criticarlo, hacerle marchas, podemos reclamarle y vamos a tener la libertad de hacerlo. En cambio, cualquiera de ellos que haga las cosas mal y salimos, ya vimos lo que nos hicieron: reprimieron, metieron gente presa. Esas son las dos grandes diferencias. Y esa es la que tenemos que tener en cuenta al momento del voto.

Es un trabajo de hormiga y nosotros, esto lo hablamos con otros gremios, tenemos que transformar a los 1o mil, 11 mil, trabajadores aeronáuticos hoy en militantes y en agentes de prensa. Tienen que defender y salir a difundir lo que en realidad es la aerolínea de bandera. La sumatoria de los granitos de arena hacen montañas de arena.

La charla se termina como se termina el año. La película tiene final abierto. Lo cierto es que el verano denso gana la calle como las preguntas se apropian del terreno del futuro político. No obstante, quedan algunas cuestiones claras, sin sindicatos no hay futuro posible. Tal vez sea cierto eso que sostienen algunos pensadores sobre que el peronismo siempre está adelante. El trabajo sindical así lo evidencia a pesar de todo y de muchos.

 

 

29/12/2022

 

 

 

 

Subir