Producciones AGN

El futuro del trabajo es hoy

Por Gustavo Ramírez

El ojo blindado que me has regalado /Me mira mal, me mira mal

Sumo

El futuro del trabajo es hoy. El capitalismo de plataformas llegó para quedarse. En plan crisis pandémica esta forma de producción de servicios aceleró su expansión con un impacto determinante en el ámbito laboral y en las relaciones de trabajo. En este contexto empresas como Amazon y Mercado Libere han multiplicado sus ganancias, lo que denota un cambio drástico en la concepción comercial. No obstante, en dichas empresas lo que prima a lo largo y ancho del mundo es la precarización laboral y la paga de magros salarios.

Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo dio cuenta que “el número de plataformas en línea basadas en la web y en la ubicación (servicios de taxi y de reparto) aumentó de 142 en 2010 a más de 777 en 2020. Las plataformas en línea basadas en la web se triplicaron durante este periodo, mientras que las plataformas de taxi y reparto se multiplicaron casi por diez”. 

El trabajo de la OIT titulado Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo, El papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo, reseñó que  “una gran proporción de estas plataformas se concentra en unos pocos países, como los Estados Unidos de América (29 por ciento), la India (8 por ciento) y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (5 por ciento)”. 

Asimismo el documento señaló que  “los que trabajan en el marco de una relación laboral
suelen ser responsables del funcionamiento de la plataforma y constituyen una fracción relativamente pequeña de su fuerza de trabajo. Por ejemplo, la plataforma de trabajadores autónomos PeoplePerHour cuenta con unos 50 empleados, pero proporciona empleo a 2,4 millones de trabajadores calificados”. 

La utopía distópica engalanada por los relatos de ciencia ficción han sido superados por un presente inquietante. El realismo capitalista se impone, la mayaría de las veces de manera brutal. La OIT destacó que “desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, la oferta de trabajo
en las plataformas ha aumentado significativamente, mientras que la demanda de trabajo ha disminuido, desplazándose hacia tareas relacionadas predominantemente con el desarrollo de software y la tecnología”.

“La demanda de trabajo en las cinco principales plataformas en línea basadas en la web procede en gran medida de los países desarrollados, mientras que la oferta de mano de obra procede en su mayoría de los países en desarrollo”, se resaltó en el documento y se añadió que “en algunas plataformas laborales digitales hay un exceso de oferta de mano de obra, lo que provoca una mayor competencia entre los trabajadores y ejerce una presión a la baja sobre el precio de las tareas”. 

El trabajo de investigación de la OIT mostró que “alrededor del 96 por ciento de la inversión en plataformas digitales de trabajo se concentra en Asia (56 000 millones de dólares de los Estados Unidos), América del Norte (46 000 millones) y Europa  (12 000 millones), frente al 4 por ciento en América Latina, África y los Estados Árabes (4000 millones)”. 

El mundo prometedor de la tecnología no vino a barrer con las valoraciones básicas del sistema sino a profundizarlas: “Las plataformas digitales de trabajo generaron a escala mundial unos ingresos de al menos 52. 000 millones de dólares en 2019. Alrededor del 70 % de los ingresos obtenidos se concentraron en solo dos países, los Estados Unidos (49 %) y China (22 %), mientras que este porcentaje es muy inferior en Europa (11 %) y en otras regiones (18 %). Las siete mayores empresas tecnológicas a nivel mundial tuvieron unos ingresos acumulados de más de 1,010 billones de dólares en 2019, y la mayoría de estas empresas invierten también cantidades considerables en plataformas digitales”. 

Ahora bien, cuando pretendemos tomar al futuro por el cuello este se escurre de nuestras manos como el agua. ¿Esta diseñado el capitalismo de plataformas para mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora? La respuesta es NO, además de obvia. “El problema no es la tecnología, sino nuestra manera de pensar sobre ella”, afirmó el experto en informática, Jaron Lanier. Tal vez tengasmo que descentralizar nuestra mirada y alejarnos del mentado “solucionismo tecnológico”. 

“La mitad de los trabajadores de plataformas digitales ganan menos de 2 dólares de los Estados Unidos por hora. Además, en algunas plataformas hay brechas notables de remuneración”, subrayó la OIT.

Para el director del organismo,  Guy Ryder “las plataformas digitales de trabajo están abriendo oportunidades que antes no existían, en particular para las mujeres, los jóvenes, las personas con discapacidad y los colectivos marginados en todo el mundo. Es un factor positivo”

“Los problemas nuevos que plantean deben solucionarse mediante el diálogo social internacional a fin de que los trabajadores, los empleadores y los gobiernos puedan beneficiarse plenamente y por igual de estos avances. Con independencia de su situación contractual, todos los trabajadores tienen que poder ejercer sus derechos laborales fundamentales”, reconoció el funcionario.

El futuro del trabajo dejó de ser una incógnita a partir de la inyección de aceleración que produjo la pandemia por COVID-19. Tampoco está por delante. También sabemos quienes están manejando ese futuro y quienes lo están padeciendo. Si no se actúa sobre él de manera consciente es probable que las negociaciones salariales se salden a través de un algoritmo dentro de un tiempo no demasiado extenso, eso si somos optimistas claro.

“No tengas miedo, no,  me pelé por mi trabajo”, canta Luca en una tarde de verano. ¿Dónde hemos quedado? ¿Tenemos idea de lo que nos atraviesa justo ahora?

 

23/2/2021

 

Subir