Por Gustavo Ramírez
El pueblo, el de carne y hueso, el de trabajo, el del sacrificio por el otro, el que expresa a la mayoría, quería salir a la calle. A pesar de los riesgos salió. Y salió de manera masiva, como lo ha hecho siembre, y de manera contundente.
No faltaron los bombos, las trompetas y los bocinazos. El centro de la Ciudad explotó de entusiasmo y de fe. De esa fe revolucionaria, como me ha dicho alguna vez el “Gringo Castro”. El destacado de la jornada: La felicidad. A pesar del momento difícil, de las angustias, de los sacrificios, de la plata que no alcanza, los trabajadores y trabajadoras de la Patria militan y se movilizan con felicidad.
En ese contexto la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval, se movilizó por las calles del centro de la Ciudad. La expresión era la misma: alegría por ser parte de ese pueblo que en estas horas aciagas se manifestó a favor de la Patria. Con este telón de fondo dialogamos con Juan Carlos Schmid, Secretario General de la FeMPINRA.
El dirigente sindical expresó: “La reflexión hoy tiene que ser muy especial porque no es cualquier 17 de noviembre, la cantidad de compañeros que se han volcado a la calle están demostrando, muy claramente, que hay una respuesta a todos las expresiones que ha hecho la derecha económica en los últimos meses”.
Y ahí está el peso simbólico y la realidad efectiva: Porque a diferencia de otras jornadas, Perón estuvo muy presente. Entonces su figura iluminó, religiosamente, cada una de las calles por donde los vehículos y los militantes de a pie transitaban.
“Este 17 de noviembre en especial tiene el sabor de que la gente quiere recuperar la calle. No es cierto que el sindicalismo, los Movimientos Populares, el peronismo, han perdido la calle” reafirmó el Secretario General de la CATT.
Independientemente de las acciones del gobierno, que suele nadar en las aguas revueltas de la contradicción, lo que el pueblo salió a defender hoy es a sus pobres, a su identidad y a la Patria. Porque del otro lado está el enemigo y el enemigo es letal cuando se trata de atacar los interese de la Patria y la Patria es pueblo, el Pueblo Nación, la Nación Trabajadora.
Por esas horas comenzaba en el Congreso, el debate sobre la Ley de Impuesto a las Grandes fortunas, que más tarde sería aprobado por mayoría en Diputados. Al respecto, Schmid dijo: “Nosotros hemos sido de los primeros que hemos expresado que la salida de la crisis está ligado a un aporte especial de las grandes fortunas”.
El dirigente sindical añadió que “no sé porque se provoca tanta reacción acá en Argentina cuando en realidad es un debate que está atravesando todo el mundo. Inclusive los ricos, en el mundo desarrollado, en Europa por ejemplo, están proponiendo que hay un impuesto a las grandes fortunas para tratar de re-equilibrar y hacer despegar la economía mundial”.
Este tipo de marchas le duele y mucho a la derecha. A esos rabiosos cuidadores de los intereses de su propia clase. Pero también le duele a esa izquierda anti-nacional, anquilosada, que vive de las abstracciones de espaldas al pueblo, que parece más cómoda parada en la vereda del enemigo que junto al pueblo. Es que para ambos sectores, el pueblo, representa a los bárbaros.
El pueblo, en cada movilización, da cuenta de su religión y de su logos. De su existencia. De su unidad como proyecto comunitario. Da cuenta de su realización en el estar ahí haciendo. No es solamente un Ser petrificado en la historia, es la acción de la historia.
Una vez más el peronismo de abajo vuelve a demostrar que nunca perdió la calle, que solo cuidó la vida de todos porque para la cultura popular los más importante sigue siendo la vida. Esta tarde hubo varios mensajes: A los ricos para empezar, pero también al gobierno. Ese mensaje dirigido al gobierno no se expresó como un ruego, sino como un mandato doctrinario: No nos dejes solo, calmo la multitud.
Ese es el gran desafío que enfrenta Alberto, no dejar solo a los suyos, a quienes a pesar de todo confían en él. Las calles volvieron a hablar.
Fotografías: Ramón Fortunato Franco
18/11/2020
