Pensamiento Nacional

“Perón es el más grande exponente del Pensamiento Nacional hecho acción”

*Por Gustavo Ramírez

La pandemia ha dado margen a distintas elucubraciones teóricas, muchas de ellas consabidas en tierras lejanas. La distancia no suele favorecer la comprensión de los fenómenos nacionales, de esa manera, por cierto, se abona el terreno fértil donde la ideología liberal se expande con velocidad para imponer concepciones y representaciones que nada tienen que ver con la Argentina.

Damián Descalzo desde su práctica como abogado laboralista, como escritor y ensayista nacional, ha dado cuenta de que es la matriz nacional la que nos permitirá pensar y actuar en consecuencia desde la revitalización de lo nuestro para alcanzar, por ejemplo, la independencia económica. No hay anacronismo cuando se trata de entendernos a nosotros mismos. Tampoco existen las imágenes difusas. Está claro cuales los reales frente de batalla y cuales son las apuestas ideológicas para no llegar hasta allí.

AGN Prensa Sindical entrevistó al autor de “Haciendo Justicia Juntos”, un libro necesario e imprescindible para abarcar la dimensión del Movimiento Obrero argentino, pero también, para comprender que desde ese escenario, el de la organización de la clase trabajadora, se ejecuta la verdadera política nacional.

La pandemia refleja un ascenso de las incertidumbres ¿es necesario retomar el sendero del pensamiento nacional para comprender la actualidad argentina en este contexto?

Claramente el pensamiento nacional, si es tal, por supuesto que se mantiene vigente. El pensamiento nacional, por definición, es la reflexión sobre los problemas argentinos y de una mirada argentina y de una búsqueda de soluciones argentinas. Eso es lo que en definitiva es el pensamiento nacional. No se puede hablar de que haya perdido vigencia. 

En los último diez años vimos una intención de querer dar por desaparecido, no al pensamiento nacional, sino directamente a los pensamientos nacionales y a las cuestiones nacionales hasta querer ver desaparecidos a los Estados Nacionales. Eso ha sido una ideología intencionada y no una realidad efectiva. Creemos que sigue habiendo nacionales, creemos que sigue habiendo naciones, que sigue habiendo comunidades nacionales y que sobre ellos hay que seguir reflexionando y seguir buscando soluciones y esa es la tarea específica del pensamiento nacional. En ese sentido creo que no solamente mantiene vigencia, sino que es esencial. 

Se ha puesto en discusión, desde determinados sectores del Movimiento Nacional, la cuestión de la soberanía. Una cuestión inalienable si se busca una verdadera independencia económica. Con la Constitución del ’49 nuestro se afianzó esa perspectiva como realidad efectiva,  ¿se hace necesario, entonces, volver a ella?

 Una de las características básicas del pensamiento nacional es la búsqueda de generar un poder propio para la Nación. Ha sido siempre uno de los tópicos fundamentales, ver de que manera podemos generar lo que se llamó poder nacional. Eso se manifiesta en diferentes ámbitos, uno de los cuales es la independencia económica, un elemento central para él país y ese es, claro está, uno de los aportes fundamentales, que ha dejado como legado, la Constitución de 1949. 

Específicamente, en el tema de la independencia económica,  hay en dicha Constitución, lineamientos en defensa de los principios del nacionalismo económico, que se puede definir como la capacidad del Estado para intervenir en la economía y en los asuntos estratégicos. No se trata de un intervencionismo colectivista en la economía, sino en los aspectos que se consideran estratégicos de la economía como los recursos naturales y servicios públicos, por ejemplo. Por supuesto, los tiempos han cambiado pero lineamientos siguen ahí. 

Un ejemplo, en la Constitución del ’49 no se habla del litio y hoy, cualquier programa nacional de independencia económica no puede dejar de lado el tema del litio. Hoy rige la Constitución de 1994 que tiene una mirada totalmente distinta sobre los manejos de los recursos naturales. En este tema específico ha, por ejemplo, provincializado los recursos. Entonces tenemos que nuestra reserva de litio es manejada por el gobernador de Jujuy, independientemente de quien sea. Tenemos provincias petroleras y son los gobernadores quienes manejan esos recursos. El Estado Nacional, ha perdido, debido a la reforma Constitucional del ’94, manejo sobres esos sectores estratégicos y ahí está el tema central que el pensamiento nacional debería meditar para contribuir a encontrar soluciones. Queda en claro que los recursos estratégicos no pueden estar en manos de los gobernadores, si o si tienen que ser manejados por el gobierno nacional. 

Por otro lado, la Constitución del ’49 tiene dos reivindicaciones que son fundamentales, a las cuales se las ha querido desterrar de la historia y se las sigue tachando de antiguas por algunos sectores y son la alta valoración del trabajo y una alta valoración de la familia. Creo que ambas banderas siguen siendo fundamentales en un mundo donde las mismas ideologías  que nos hicieron hacer creer que no existían más las patrias, también nos quieren hacer creer que no existe más el trabajo y que no va a existir más la familia tal cual la conocíamos. 

Diversas manifestaciones prueban, en todo el mundo, de diferentes modos de que esos principios del trabajo, como ordenador de la sociedad, de la comunidad y la familia, como primer eslabón de la comunidad, siguen siendo realidades vigentes a las cuales hay que sostener y defender. 

Siguiendo esta línea de reflexión se puede inferir que también se promociona un borramiento de las identidades colectivas.

Los que se ve en el Movimiento Nacional es que han surgido, en los últimos años, corrientes que son contrarias a las ideas nacionales. No tanto el tema del nacionalismo económico, porque dentro de todo existe consenso sobre esa idea y hay una cierta convergencia de que el Estado tiene que tener un papel importante en la economía. Donde se perciben divergencias graves es en los aspectos culturales. Hay una corriente que se ha sumado a agendas que tienden a menospreciar el valor de la familia y a menospreciar el valor del trabajo también. 

Uno ve mucha gente muy enamorada del asistencialismo, muy enamorada de los planes sociales, que obviamente son soluciones para situaciones provisorias y urgentes, visto así, claro, es la solución correcta. Pero hacer permanente lo que solamente es para lo urgente es un error grave, eso es lo que veo que está ocurriendo. 

Existen muchas discusiones ideologizadas  donde se quiere encubrir, con el nombre de la transformación tecnológica, al desempleo. Se lo pretende justificar desde allí. Esa ideología ha penetrado al Movimiento Nacional y muchas veces es el discurso que aparece cuando se justifica la solución asistencialista. 

Dala impresión, cuando se habla de pensamiento nacional, que se menciona a muchos autores pero a su vez cuesta que algunos sectores, como bien lo mencionas, por ejemplo, ubiquen allí a Perón.

No tengo dudas de que Perón ha sido un importante pensador nacional, y diría más, toda vez que la política consiste en realizar más que en decir Perón ocupa un lugar extraordinario y único. Además, él siempre se muestra interesado en la realizaciones. 

Prácticamente he leído todo lo que escribió Perón y sus obras son extraordinarias. Se habla mucho de la Comunidad Organizada, texto de 1949, pero las obras de reflexión política de Perón son superiores, hay otras obras superiores a esa misma que trasciende porque es el planteo más filosófico . Después hay obras que son más de coyuntura, pero sus reflexiones de pensamiento nacional popular tienen que ver con la realización. Vale aclarar esto porque sino queda como que el pensamiento nacional fuera una tarea de intelectuales que se encierran a pensar y nada más. No, el pensamiento nacional está íntimamente relacionado a la praxis. 

Entonces ahí la figura de Perón sobresale, en ese sentido merece estar en un lugar descollante, porque claramente el pensamiento nacional no es un divertimento teórico. El fin de la política, esto lo dicen los grandes maestros de la filosofía desde Aristóteles hasta los griegos – al ser parte de la ética, el hacer, el obrar – es la obra completa.

Lo decía también Sampay, no importa teorizar sobre la justicia , sino que habría que luchar por realizarla. En ese mismo sentido la justicia, el derecho, la política, son cuestiones que se dan en el hacer. Entonces la obra de arte está en la acción y no en la concepción. Perón lo dice claramente en Conducción Política donde hace esta metáfora del arte y varias veces repite el concepto: “La acción es superior a la concepción”. 

Por ende, en el pensamiento nacional, hay una que validar más la acción que la concepción. Hay una fuerte sobre estimación de los discursos que dicen lo que se tendría que hacer, que dicen hay que hacer tal cosa o tal otra. La obra de arte en la política no es decir lo que se tiene que hacer, la obra de arte es la realización, es llevarlo a la práctica y en ese sentido, sin duda alguna, Perón es el más grande exponente del pensamiento nacional hecho acción. 

 

 

 

20/07/2020

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