Por Redacción
Mauricio Macri suele jactarse de un latiguillo trillado, como falaz, de su administración: “Volvimos al mundo”. Para el Presidente el retorno a ese mundo no necesariamente implica una lectura geopolítica, en realidad lo que el Ingeniero menciona con énfasis es el retorno de Argentina a la dictadura del mercado. Su “atlantismo” recupera para sí el viejo anhelo oligárquico de ser parte de la fantasía ideológica del universo sajón.
Lo que no ha logrado comprender el Presidente es que su visión del mundo atrasa 70 años. La globalización logró aceitar una maquinaria de volatibilidad permanente, donde la destrucción de las matrices comerciales regionales tiene un alto impacto sobre los sectores populares. El único sector que mira con beneplácito, en el mudo, a esta gestión neoliberal es el financiero. Los bancos son los mayores beneficiarios de las políticas económicas cambiemitas, más allá de la sumisión que Cambiemos muestra, obscenamente, hacia Estados Unidos, léase FMI y a Gran Bretaña, léase entrega de recursos marítimos y soberanos en Isla Malvinas.
A días de la quinta visita de emisarios del Fondo Monetario Internacional a la Argentina, la Confederación Sindical Mundial, presentó un informe sobre la Argentina de Mauricio Macri y su relación de amante pasivo con el organismo financiero internacional. El documento expresa la visión que en el mundo tienen los trabajadores sobre las gestiones neoliberales, el mismo representó un nuevo cachetazo a la gestión cambiemita.
En tal sentido, la CSI expresa que “la situación no coincide con las proyecciones del FMI: La economía sigue aun en recesión, el desempleo está en aumento, la inflación no se ha estabilizado, la sostenabilidad de la deuda se ha agravado y la pobreza sigue en aumento”.
El informe señala que “el colapso del peso exacerbó las presiones inflacionarias y aumentó el costo del pago de la deuda en dólares, agravando los problemas de la balanza de pagos de Argentina. El banco central vaciló en su respuesta a la caída del peso y, a pesar de un importante ajuste monetario e intervenciones en los mercados de divisas para defender el peso, la moneda siguió cayendo”.
“El programa tampoco logró contener la inflación, que alcanzó casi el 50 % en 2018. El FMI aún espera que la inflación en 2019 hasta el 39 %, sin embargo las estimaciones más recientes del Banco Central argentino sugieren que esta posibilidad es extremadamente improbable. En mayo, la inflación interanual se calculó en casi un 59%”, afirma el documento de la CSI.
Por último el informe sostiene: “La carga de la deuda de Argentina aumenta, y el FMI no está abordando adecuadamente sobre la sostenibilidad de la deuda argentina, que se agrava por las crisis económica”.
Está claro que el discurso macrista, de cara a la visión que el mundo tiene él, no se refleja con el optimismo que el Presidente enfatiza. La crisis avanza diariamente y ello promueve la desorientación de un gobierno que parece vivir una realidad distópica. Macri comenzó a rodar hacia el abismo, anestesiado por la droga del marketing se aferra a su propia pesadilla.
Fotografías: Redes sociales del Confederación Sindical Mundial.