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Villa 31: Escuchar a los de abajo

Por Redacción

Escuchar a los de abajo. Esa es la demanda de Francisco. Pero no es lo que suelen escuchar los dirigentes políticos que conducen los destinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por definición ideológica y concepción política. Los liberales, al servicio de la oligarquía porteña, ven en los pobres un conflicto en potencia que debe ser descartado antes que solucionado. En ese tono, el Gobierno de Rodríguez Larreta es insensible a lo que suceda en los barrios de emergencia y en la barriadas populares.

Mónica Bustamante es referente social en la Villa 31, allí tiene un merendero y allí, en su barrio, en su territorio, lleva adelante un trabajo solidario en comunidad para suplir los agujeros negros que deja el Estado neoliberal de la Ciudad. La situación se agrava y preocupa más a los vecinos que a Larreta en el contexto de la pandemia de COVID-19.

En diálogo  con AGN Prensa Sindical, Bustamante sostiene que “un poco estamos con miedo, esta es una enfermedad que aun no tiene cura. Por eso a veces cuando dicen la villa, los barrios periféricos, es como que creen que acá la gente es ignorante, pero nosotros pensamos en nuestras familias y creemos que cuidándonos unos a otros podemos prevenir y evitar una catástrofe, pero no es suficiente, porque si bien está el temor, el miedo, el cuidado, como en cualquier persona, está la desidia del que está sobre uno”. 

“Si bien el barrio se contagió, se contagió no porque viajó a Europa, a China, a Estados Unidos o a Asia, esto pasó porque las patronas obligaron a las empleadas domésticas a ir a trabajar a las casas de familia y nos las cuidaron. Las sometieron y ellas se trajeron al bicho éste, nostras le decimos así y hoy somos el terror. Escuché declaraciones y leí en las redes sociales que decían que había que aislar y hacer explotar las villas”, subraya la referente social de la Villa 31.

Bustamante, deja en claro que el gobierno de Larreta “habla con los punteros que responden a él y hacen su política y hacen su demagogia. Después, con los sectores que somos organizaciones sociales, que somos organizaciones dentro del barrio, que trabajamos el tema de la vulnerabilidad del vecino y del que menos tiene, no hay absolutamente diálogo.

La militante social explicó: “Yo  tengo un merendero y estamos buscando comida, porque servimos 75 raciones y se terminan en cinco minutos. Me acerqué a las oficinas del gobierno, hay un par de chicos que recorren el barrio, que son del gobierno, ven lo que hacemos y nada. Comenté el tema de los adultos mayores que tenemos, y yo tengo un abuelo en casa viviendo, que no es familiar, es amigo pero vive con nosotros y pedí que lo vengan a ver. Pero nada. Si vos no eres puntero y no respondes a él y no eres vocero de él dentro del barrio, cero comunicación”. 

Mónica asegura que la crisis económica, herencia macrista, con la situación generada por la pandemia tiene un impacto alarmante en el barrio “porque antes la gente tenía changa y mínimamente llegaba a la quincena. Los obreros de la construcción cobran de manera quincenal y las mucamas cobran mensual o algunas cobran semanal.  Entonces vos veías que el 5 y el 20 había un movimiento económico. A medida que la situación fue decayendo en esos cuatro años de gestión, del ingeniero Mauricio Macri, la gente que no estaba acostumbrada a mandar a un merendero o aun comedor a los chiquitos, hoy los empezó a mandar”. 

La situación de crisis se agudiza cuando se repasa que muchos trabajadores vieron sus horas de trabajo menguadas o directamente perdieron sus sustento diario. Bustamante da cuenta de ello en la medida que ve como se ha incrementado el número de niños que concurren a los merenderos y por el establecimiento de ollas populares. “Esto ya se veía venir desde mediados del año pasado, cuando se ha intensificado más la caída por la suba de la canasta básica”. 

En todos los barrios de emergencia la situación se repite. La organización popular permite expandir la ayuda solidaria entre compañeros y compañeras. Las comunicaciones entre los barrios permite afianzar los lazos de cuidados que no aplica el gobierno de la Ciudad.

Otro de los temas que preocupa en el barrio tiene que ver con la conectividad y el acceso de los niños y niñas a las clases on line. No todos los chicos tienen computadoras o celulares para poder conectarse lo que complica el proceso de enseñanza aprendizaje en este contexto.  El padecimiento de las familias, que un momento se vieron beneficiadas con la entrega de los planes Conectar Igualdad, hoy no pueden acceder a la herramienta tecnológica porque hace tres años se dejaron de entregar la computadoras en los barrios de emergencia de la Ciudad.

Bustamante, con 24 años viviendo en la Villa 31 le demanda al resto de la sociedad porteña que “no nos miren como si fuéramos el bicho malo y que se vean como en un espejo, porque con ésta pandemia el mundo va a dar un giro tan grande que la clase media se va a terminar y toso vamos a ser del mismo social en algún momento. Todos van a ser obreros y capaz estén en la misma situación en la que estamos nuestros hijos y nosotros, no está tan lejos”. 

Esos sectores sociales, que miran con desprecio a los pobres, tienen que ser, para Mónica “más solidarios y que de alguna manera, cuando emitan su voto, voten realmente por aquel que piensa en el otro, porque en Argentina la clase media es la que define con su voto, quien nos gobierna y hoy estamos como estamos, en éste bello país, porque se equivocaron hace cuatro años atrás y esos niños, que mencionamos no tienen para hacer la tarea, no tienen esa posibilidad gracias a ese gobierno que vino y que se enriqueció millonariamente. Dicen que el chacarero no es lo mismo que el obrero dueño del campo, entonces el obrero, el trabajador, por muy clase media que sea, no es lo mismo que el terrateniente, que el dueño del campo”. 

Si no escuchamos a los de abajo, como pide el Papa Francisco, la realidad la van a seguir contando aquellos que no ven la solución en el pueblo sino en el poder de las finanzas. La situación, para los más pobres, es angustiante. Tal vez sea hora de mirar hacia la argentina profunda, esa que los medios coloniales desprecian, a los hijos de la tierra que despiertan el verdadero sentido nacional en su organización y en su lucha.

 

 

12/05/2020

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