Sostuvo J.J. Hernández Arregui en el año 1963: “Los nacionalismos democráticos o fascistas de las potencias colonialistas cumplen, con relación a los países feudatarios, la misma misión esclavizadora. Para un país dependiente –y en esto consiste la conciencia nacional- no puede haber distingos entre ser colonia británica, norteamericana, alemana o belga”.
El planteo de Arregui es sumamente actual y en el siglo XXI el progresismo (liberalismo de izquierda) se financia y adopta las ideologías de los Demócratas norteamericanos. El conservadurismo (liberalismo de derecha) aplica la línea política de los Republicanos de los EUA. ¿No será que cambiamos la correa sin dejar de ser perros?
El país necesita de una dirigencia con conciencia nacional, honestidad y vocación por el bien común. Nada de eso se puede conformar importando las recetas y las agendas políticas del extranjero que cuida ante todo sus intereses y no los nuestros.
Arregui planteó además que “la lucha por la independencia nacional de las nacionalidades latinoamericanas debe ser coordinada, pues no habrá independencia nacional fuera del cuadro general de la lucha antimperialista latinoamericana”.
Como dice Arregui, conciencia nacional y conciencia sudamericana caminan de la mano. Dentro de nuestro continente, la unidad debe nacer previamente de un amplio acuerdo entre Argentina y Brasil.
*Sociólogo y Doctor en comunicación. Docente y Secretario de Investigación y Posgrado de la Universidad Nacional de Lanús.
31/3/2025
