Pensamiento Nacional

Rodolfo Kusch, el pensador nacional situado para la liberación

Por Gustavo Ramírez

Situarnos desde lo nuestro es un posicionamiento social-político y cultural que la oligarquía intentó descomponer a los largo del proceso histórico nacional, en función de quebrantar la identidad propia del pueblo y de sus integrantes. Por eso se violentó todo capital simbólico, todo hecho y acontecimiento que proviniera desde la periferia, de abajo hacia arriba. Con ello, al mismo tiempo se importaron ideologías que crearon principio anti-éticos que son al mismo tiempo anti-pueblo.

Ediciones Ciccus acaba de presentar el libro Rodolfo Kusch, esbozos filosóficos situados. Un trabajo colectivo que pone en situación el pensamiento nacional, latinoamericano, del antropólogo y filósofo argentino. La filósofa  docente Ana Zagari fue la  encargada de coordinar la producción de pensadores nacionales como Mariano Chendo, Federico Mitidieri, Rebeca Cnaclini y Javier Rio, para dar cuenta de la vigencia que adquiere por estos días, en medio de la crisis civilizatoria, el pensamiento de Kusch.

Es importante reconocer, como bien afirmaba el pensador nacional, que “hacer historia significa, ante todo, poner en juego la verdad del presente”, sobre todo cuando esa verdad pretende comandar el destino del pueblo desde la configuración determinante del pensamiento único o uniforme, sin ubicación concreta. AGN Prensa dialogó con Ana Zagari, para ahondar con mayor acerbo la dimensión trascendente que toma el pensamiento de Kusch para entendernos en la medida que logramos aprehenderlo.

-¿Qué relevancia adquiere el pensamiento de Rodolfo Kusch en este proceso histórico que comenzó, en parte, con la imposición neoliberal del fin de la historia y dónde la globalización barrió con “el suelo”, en términos kuschianos, pero además se trató de barrer con el sentido de comunidad y del nosotros a partir del imperio del Yo?

Esta pregunta enmarca, precisamente, las problemáticas contemporáneas que tiene América Latina y Rodolfo Kusch es un filósofo, un antropólogo que antes incluso, de la globalización, da respuestas a estas especies de miserias, digamos, contemporáneas que se han agudizado con la COVID, como la llama la Ministra Vizzoti.

Todo lo que él plantea va en la línea de una refutación, podríamos decir avant la lettre, de lo que es este neoliberalismo conservador, concentracionario. En estos días escucha, no sé si era en chiste o era enserio,  al ex Presidente Macri diciendo que la democracia no tiene un botón, donde apretar, como cuando uno mira una serie, un peli.

Bueno, ese tipo de pensamiento por un lado simplificador de una clase que solo quiere privilegios para sí, está replicado en el neoliberalismo que concentra y que sigue queriendo hacerlo. Kusch es una de las respuestas posibles por eso yo creo que es un filósofo político y un filósofo de la liberación.

-Kusch sostiene que “por estas en la historia se retorna al suelo y uno infiere que ese suelo es América Latina ¿Qué incluye esa razón, ese pensamiento, esa mirada en su filosofía?

Yo creo que lo que fundamentalmente Kusch plantea es el arraigo. Cuando él le da categoría al suelo, al espacio, a loa geocultural, lo que está planteando es que todo cultura tiene un arraigo y entonces no hay que mirar solo la dimensión temporal, que en este caso por la globalización y gracias a la fibra óptica sería una dimensión del instante, que olvida lo que es la trayectoria de un pueblo, su recorrido histórico pero que si al contrario la ponemos en su contexto espacial, en su lugar, vamos a ver que con la fibra óptica y la consideración de la noticia del instante no basta para comprendernos.

– En ese sentido, Kusch hace en su pensamiento, referencia a lo que implica la ética situada, ¿Esta noción refundamenta la ontología latinoamericana en términos filosóficos pero también políticos?

Mirá, yo creo que toda filosofía es política y por lo tanto toda política es ontológica, ontológica  en el sentido de que tanto la filosofía, pero sobre todo la política, intervienen en lo real para modificarlo desde las políticas que miran al pueblo, para hacer que surja un nosotros más solidario, con Justicia Social.

En Kusch lo político ontológico está siempre. Creo que aunque él se nombre fenomenólogo o lo nombren, en esa corriente, es más bien un desconstructor de términos, de categorías y de filosofías y es un filósofo que mira lo real y lo interpreta y la ontología está allí muy presente.

-Hay un nosotros arraigado en la tierra  que también es comunitario. De alguna manera se puede hacer un recorrido y ver que ese pensamiento se plasmó en el concepto de comunidad organizada que concreta y expone la filosofía peronista ¿Coincidís con esta apreciación?

Si, totalmente. Cuando Perón cierra el Congreso del ’49 – pensá que fue el primer Congreso que se llamó Nacional de Filosofía y que realmente fue internacional, con la envergadura de todos los que participaron desde todo el mundo- hace una alusión a un filósofo descartado, diríamos, de la grilla universal oficial que es Spinoza, Baruch Spinoza.

Perón lo que considera allí es que toda comunidad es capaz de hacer un doble movimiento: de realización, desde un nosotros que a la vez hace a la realización de la singularidad que interviene en la comunidad. Hay un lazo social que, en tanto, promueve lo comunitario también es capaz de hacer que el individuo este promovido.

En cambio, en las consideraciones liberales ese lazo se rompió. Lo que queda es el individuo suelto, digamos, que solamente llega a ser feliz o llega a ser, como le gusta decir a los liberales, gracias al mérito.

-Kusch interpreta que “el miedo al mundo fue sustituido por la creación de otro mundo” en el marco de las grandes Ciudades liberales. Ahí podemos observar un componente político muy fuerte  porque esta creación de otro mundo es artificial en la medida que no está situada, no solo en el espacio, sino tampoco en una seudo igualación en el ejercicio y uso de lo social.

Tanto no es tal, Gustavo, que cuando se habla de la Globalización y después se ve como en Ceuta y Melilla, o como en Marruecos, castigan a quienes quieren entrar a España para tener una vida mejor o como los migrantes de distintos lugares del África desposeída, hambreada por las conquistas reiteradas, mueren en medio de barcazas espeluznantes niños, mujeres, viejos, etc., te das cuenta que la frontera es determinante para los ricos.

Venden ese fin de la frontera, fin de la historia, fin de las ideologías para que lo compre algún distraído o el cipayismo que siempre está presente en nuestros lugares. Cipayos que miran hacia afuera y piensan que todo lo de afuera es mejor y que nosotros, por ejemplo, somos argenzuela, haciendo un movimiento despectivo hacia nosotros y hacia la hermana República de Venezuela.

Hay ahí dos registros, dos realidades que hay que poder discernir para poder comprender un poco la dominación contemporánea.

-En esta mirada geocultural que promueve Kush hay una reformulación de la categoría pueblo, por ejemplo, allí hay una fusión interesante con la teología del pueblo a partir de las conceptualizaciones que genera, de alguna manera, el Padre Juan Calos Scannone a través del pensamiento de Kush. Ese pueblo está constituido por los pobres. A partir de ello, teniendo en cuenta que Kusch no pasa por los claustros, no está visto por la “academia”, ¿es posible que tengamos que pensar, en términos de la descolonización pedagógica,  una educación en opción por los pobres?

Si, en opción por los pobres creo yo que tanto Juan Carlos Scannone, como el Papa Francisco, como Lucio Gera en su momento – hay escritos maravillosos de este teólogo argentino – han dejado y dejan muchas huellas para que allí aparezca una educación en opción por los pobres.

También creo todo el trabajo de creación de universidades, en diverso lugares de la Provincia de Buenos Aires por ejemplo, durante nuestros gobiernos peronistas han facilitado el acceso de muchos y muchas que no sabían de qué se trataba cuando se hablaba del claustro universitario, que son primera generación de universitarios y eso contribuye mucho a lo que vos estás planteando.

 

 

-Por último, Ana. ¿Es posible que a través de este texto, del cual hacemos referencia en el inicio de la entrevista, que nos sitúa también en el proceso histórico que atravesamos, se pueda contribuir a la ruptura y al quebrantamiento de la colonización ideológica?

Mirá, creo que nuestro texto Rodolfo Kusch, esbozos filosóficos situados, precisamente, recoge en su propio título roda la tradición de la filosofía de la liberación y también de la teología de la liberación.

Es imposible un pensamiento no situado y es un granito de arena, por decirlo en términos del barrio. Es un granito de arena pero creo que sí, yo siempre digo y lo reitero, porque me parece fundamental: En este texto lo que hay de plus es el hecho de que cinco jóvenes filósofas y filósofos argentinos hayan escrito y que es un poco este pasaje, ¿no?, generacional que pedía Perón y que yo creo, que también, como un pequeño aporte, un granito de arena hemos ahí contribuido, y bueno hay que hacerlo circular.

Creo que Kusch hoy está más visibilizado que hace unos años atrás y eso desde distintos lugares es muy interesante.

 

 

18/5/2021

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