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Mientras las empresas pesqueras se enriquecen de manera salvaje ¿quién cuida la salud de los trabajadores?

Por Redacción

Dos casos de COVID-19 detectados en tripulantes de embarcaciones pesqueras en Mar del Plata encendieron las alarmas en el ámbito marítimo y portuario en la medida que quedó expuesto el endeble precario protocolo sanitario que se aplicó para proteger a los operarios embarcados. Del mismo modo se desnudó, una vez más, que las empresas del sector, en complicidad con las autoridades marplatenses, privilegian sus ganancias por encima de la salud de los trabajadores.

Los casos positivos de coronavirus se registraron en los buques  Scirocco y Atlantic Surf III. En las últimas horas el intendente de la otrora Ciudad Feliz, Guillermo Montenegro junto a autoridades del Consorcio Portuario decidieron la profundización de los controles de sanitarios, una medida que llegó demasiado tarde y que puede volver a ser vulnerable si el municipio continúa con su política de privilegiar las cuentas de las empresas antes que la salud de los trabajadores.

En este contexto los trabajadores denunciaron que las autoridades no dan respuestas a sus demandas.  “Sabés que te dicen que no pueden hacer hisopados masivos. No les importa que se cague muriendo la gente”, sostuvieron los trabajadores que este miércoles se convocaron en la puertas de las terminales portuarias. Asimismo manifestaron que al tripulante del Scirocco, buque que pertenece al empresa Solimeno, la segunda exportadora nacional de pescado, se le había realizado un test preventivo antes de que el barco zarpe.

Durante la jornada del miércoles se vivieron escenas dantescas en Puerto de Buenos Aires causadas por la falta de idoneidad, por ejemplo, de la Prefectura Naval Argentina, que en las primeras horas del día no permitieron la entrada de trabajadores al sus puestos de trabajo y horas más tarde volvieron a convocar a la gente para que trabaje. El argumento fue, de parte de la propia fuerza, según una fuente consultada por este medio, que se puso en evidencia un caso de corrupción en la fuerza, el cual nadie investigó ni se hizo eco.

La situación en la Ciudad balnearia es crítica y los trabajadores se encuentran atrapados entre la necesidad de trabajo y el cuidado de la salud. Una situación que se agrava por la presión empresarial y del municipio y la ceguera de algunos gremios. Más allá de la conciencia social de los trabajadores, ellos son las víctimas de esta situación.

Consultado en programa Palabra Sindical, de nuestro medio, Walter Castro, Secretario General del SANAM Mar del Plata, expresó que “la situación era casi esperable. Cuando nosotros marcamos que los protocolos de seguridad deberían ser un poco más serios de la mano de gente más idónea que lo que se estaba haciendo se decidió no escuchar”. 

El dirigente sindical sostuvo que “se decidió seguir poniendo, como marcamos en su momento, la rentabilidad de las empresas por sobre la salud de los trabajadores. Entonces hoy nos encontramos con que un buque ha salido sin ni siquiera esperar los resultados de los hisopados”. 

“Acá empieza un pelea para ver quien tiene la culpa mientras siempre se deja de lado la responsabilidad de la empresa. Acá las empresas tiene un grado de responsabilidad por sobre Prefectura, por sobre el Consorcio y hasta por sobre el poder municipal. La empresa sale a hacer captura y forma núcleos con cámaras que han ganado holgadamente más de 20 mil millones de dólares en algo más de una década. No puede ser que no tengan una tripulación a la orden y una tripulación controlada en cuarentena ya que quieren seguir acaparando”, denunció Castro.

Castro recordó que “nada de los que se está pescando, nada de lo que se está jugando y se hace salir a la mar a los trabajadores, a los trabajadores navales y a los estibadores a descargar los barcos, nada hace a la canasta básica, nada es esencial. Todo es para seguir acaparando las cámaras, llenando las cámaras, para poder seguir teniendo esa posición dominante que ostentan no más de diez u once empresas en ester sector y hacer lo que se les antoja cuando esto pase. Cuando esto pase la cantidad de víctimas o muertos en nuestros sectores serán una anécdota, eso es lo lamentable”. 

La voracidad de las empresas ha llevado a la muerte a un número importante de trabajadores, por ejemplo, por el hundimiento de embarcaciones que no estaban aptas para navegar.  Vale decir que el sector empresarial pesquero nada aporta al desarrollo de la Patria, por el contrario su visión mercantilista los hace mirar hacia afuera. La compleja trama de complicidades les allana el camino, mientras se aprovechan de la necesidad de la gente. Del mismo modo les son favorables las políticas neoliberales de Montenegro que deja a libradas las fuerzas del mercado para que decidan las políticas de pesca mientras, a la vez, se pierde soberanía comercial en nuestros mares.

En este contexto la pregunta es ¿quién cuida la salud de los trabajadores marítimos, navales y portuarios en Mar del Plata? ¿Quién cuidad a las familias de esos trabajadores? Está claro que no son empresas como Solimeno, ni las autoridades de aplicación y mucho menos la gestión del intendente.

 

22/04/2020

 

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