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Los tripulantes del Rigel y el Repunte viven en la memoria de sus familiares que luchan contra el abandono del Estado.

*Por redacción

Los hundimientos de los buques pesqueros Rigel y Repunte dejaron en evidencia que la ausencia del Estado es fatal para los trabajadores de la industria pesquera. El equipo periodístico de AGN Prensa Sindical, Palabra Sindical y Puerto Base, se acercó a Mar del Plata para recoger el testimonio de familiares de los tripulantes desaparecidos tras el hundimiento de los buques pesqueros.

Guillermina Godoy, madre de Nahuel Navarrete, tripulante del Rigel  expresó que “llorás muchas veces por la impotencia, porque ves tanta desidia, porque te mienten en la cara. Entonces, digo, yo tendría que estar hoy encerrada, llorando a mi hijo. No llorando con bronca, enojada por todo el manoseo, el manipuleo que está haciendo Prefectura”. 

“Nadie se enteró en general por Prefectura, que deberían ser los que tenían que habernos informado. Yo me enteré por facebook, porque abrí y lo primero que vi fue eso. Vinimos y es todo desidia, falta de interés hasta en la forma de comunicarse. Mucha impotencia te da. No tengo a mi hijo que fue a laburar. Hay siete chicos más, era la tripulación más joven del puerto”, manifestó entre lágrimas Guillermina.

La madre de Nahuel aseguró: “Ojalá hubiera sabido todo lo que sé hoy. Porque hoy sé como se trabaja, como tratan a los marineros por una cuestión de necesidad”, Guillermina agregó que el Puerto de Mar del Plara es un cementerio y que debería ser considerado no “como puerto y sí como cementerio histórico porque lo que tenemos es ataúdes. y si me remonto más a la historia tenemos momias tenemos momias en lugar de agentes de Prefectura”. 

Gabriela Sánchez, hermana de Gustavo Sánchez, Capitán del Repunte recordó que “el Repunte también se hundió un sábado. Es increíble, lamentablemente, la cantidad de coincidencias que tenemos entre el Rigel y el Repunte. Fue un mazazo en la cabeza, primero porque fue el impacto que te produce el saber lo que están viviendo otros y volver a vivir lo mismo y los más terrible es ver que toda la lucha que hicimos durante un año, prácticamente, ha caído en saco roto porque no hay un cambio en nada”.  

“Gustavo era un buen tipo, no se merecía ni él, ni los diez, ni los muchachos del Rigel, no se merecían la muerte que tuvieron. A mi tortura muchísimo, me duele en el alma, pensar en los últimos momentos de mi hermano. Trabajamos tanto para que no se repitiera y lamentablemente no lo conseguimos”, contó Sánchez.

Gabriela agregó: “Pensar en alguien en mar, en el medio del frío, es algo que me tortura. Nunca voy a tener respuesta para eso. Trato de trascender el dolor de esta forma, con la acción. Gustavo era un buen tipo, amaba el mar, amaba su trabajo y amaba a sus hijos. Amaba la vida. Es muy triste. Lo extraño de una forma que no te podés imaginar. El Repunte no tenía que haber salido de Mar del Plata”. 


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