Por Redacción
En el marco de la celebración del Día de los Trabajadores de la Sanidad, enfermeras y enfermeros de la Ciudad de Buenos Aires fueron reprimidos por la policía que responde al Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, mientras intentaban entregar un petitorio a legisladores porteños en reclamo para que se reestablezca su estatus profesional.
En el contexto de pandemia, mientras el Gobierno de la Ciudad permite casi todos los fin de semanas, que sectores violentos y minoritarios se manifiesten violando violando los protocolos sanitarios, contra las políticas del Ejecutivo Nacional, criminaliza la protesta de los trabajadores de sanidad que hoy viven al límite, producto de la crisis de COVID-19 y el abandono de Larreta.
Los trabajadores sanitarios denunciaron que cuatro manifestantes terminaron con cortes en la cara y en la cabeza producto del accionar violento de las fuerzas represivas en las puertas de la legislatura porteña.
En declaraciones a la Agencia Télam, Carolonia Cáseres, representante del Hospital Tornú, expresó que “íbamos a entregar un petitorio en reclamo del reconocimiento de la carrera profesional y nos recibió la policía a los golpes. Fue una situación horrible”.
La jornada de protesta comenzó por la mañana con una concentración en el Obelisco, donde los trabajadores del sector realizaron una conferencia de prensa donde presentaron sus reclamos entre los cuales se exigió la recategorización de enfermeros y enfermeras al rango profesionales, estatus que Larreta modificó como política de ajuste del Estado Porteño. Asimismo se reclamó una inmediata recomposición salarial.
Tras la represión los manifestantes lograron entregar el petitorio a los legisladores: Victoria Montenegro, Gabriel Solano y Alejandrina Barry, quienes repudiaron el accionar de la policía de la Ciudad.
El Gobierno de la Ciudad mantiene su doble vara con la protesta social. Si quienes se movilizan representan a una minoría reaccionaria y violenta, base del electorado de Larreta, el accionar policial brilla por su ausencia. No obstante, si las manifestaciones la encaran trabajadores, el Jefe de Gobierno no tiene empacho en mandar a su fuerza a repartir palos. Un síntoma peligros de autoritarismo neoliberal, político y ideológico que usa a la violencia como respuesta a los reclamos sociales.
21/9/2020
