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Larreta mostró su desprecio por los pobres y montó un operativo represivo en el Obelisco contra los Movimientos Sociales.

*Por Redacción

El Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, volvió a mostrar su desprecio por aquellos que su gobierno y el Ejecutivo Nacional, descartan. Este 9 Julio, el alcalde de la Ciudad más rica del país, montó un operativo represivo en las inmediaciones del Obelisco para impedir que los Movimientos Sociales organicen una olla popular para alimentar a compatriotas en situación de calle.

La policía neoliberal avanzó violentamente sobre los manifestantes, arrojó gas pimienta en la cara de los mismo. En el avance represivos dos trabajadores de la economía popular fueron detenidos y golpeados cobardemente por los efectivos de Larreta.  Marcelo Onofrio Bentrice y Gustavo Ariel Acosta son los nombres de los militantes de organizaciones sociales que se encuentran alojados en la Comisaria Vecinal 1 B ubicada en Tacuarí al 700.  Durante el operativo trabajadores de prensa de C5N, que cubrían el accionar violento de la policía fueron agredidos por agentes represivos.

Durante las primeras horas de la noche los trabajadores de la economía popular lograron hacer retroceder a las fuerzas policiales y pudieron ensamblar las ollas populares. La policía trató de incautar colchones que las Organizaciones Sociales iban a repartir a gente en situación de calle. Gracias al rápido accionar de los militantes solo pudieron secuestrar tres colchones en un episodio absolutamente cobarde y vergonzoso.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 7.215 personas viven en situación de calle, el 16 % de esa cifra son niños, tal como demuestran los datos del Censo Popular de Personas en Situación de Calle. Los datos oficiales ocultan estos números, para el gobierno de la Ciudad solo 1.141 personas atraviesan por está dramática situación. Los republicanos que se llenan la boca al hablar de la verdad esconden a pobreza en un gesto despectivo y de desprecio hacia las clases más vulnerables.

El accionar represivo de la Ciudad más rica del país no es nuevo. Larreta deja en claro día a día que los pobres no tienen lugar en lo que él considera su territorio. Los operativos violentos se han registrado con anterioridad en el accionar violento de la La Unidad de Control del Espacio Público, que contaba en sus filas con barras bravas y ex policías. En el presente los inspectores de espacios públicos recorren las calles a la caza de vendedores ambulantes que son “corridos” de la calle a fuerza de golpes, gases, palazos y balas de goma. Una postal que los porteños, con aires aristocráticos, naturalizan en el falso nombre del orden social.

Diariamente organizaciones sindicales y populares salen a caminar las calles porteñas para alcanzar un plato de comida a ciento de miles de compatriotas en situación de calle. Mientras tanto el gobierno de Larreta, que cuenta con una alta protección mediática, criminaliza a los pobres y a los trabajadores. Su gestión, como la del empresario Mauricio Macri, tienen como objetivo principal el desmantelamiento de la organización como factor de contención social y de esta manera propiciar un territorio selectivo donde los descartados son desplazados en todos sentido del sistema.

La crisis en la Ciudad de agrava ante el avance sistemático de la pobreza. Miles de familias son obligadas a vivir en situación de calle por haber perdido el trabajo y no poder sostener un alquiler impagable. El gobierno de Larreta es la presentación ostensible del Estado mínimo y la insensibilidad social. Su única respuesta es la violencia institucional en nombre de un republicanismo despótico y absolutamente autoritario.

 

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