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“La victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional”

*Por Redacción

El 25 de marzo de 1911,  129 mujeres y 17 hombres mueren a causa del incendio que se produjo en la fábrica Triangle Waist Company en Nueva York. Las muertes se produjeron a partir de las pésimas condiciones laborales en las que trabajaban, por ese entonces, mujeres y hombres, en plena expansión industrial. Los encargados de la fábrica habían cerrados las puertas de la misma, lo cual era una práctica constante como parte del sometimiento. Ello impidió que una vez iniciado el incendio las víctimas pudieran escapar.

La mayoría de las fallecidas eran mujeres con edades que oscilaban entre los catorce y veintitres años, según datos históricos la víctima más grande tenía 48 años y la más joven 14 años. El hecho trágico dio lugar a cambios en la legislación laboral de Estados Unidos y potenció la lucha que las mujeres trabajadoras comenzaron en 1857. Ese año, un 8 de marzo, se realizó la primer huelga organizada por mujeres que reclamaban mejoras salariales y cambios en las condiciones de trabajo. Fueron reprimidas por la policía y muchas de ellas terminaron encarceladas.

Dos años antes de la tragedia miles de mujeres de la clase trabajadora se movilizaron por las calles de Nueva York, era el año 1908. Fue el impulso de la lucha sindical de las mujeres trabajadoras el que propició la generación del reconocimiento del Día Internacional de la Mujer.

Reducción de horas de las jornada laboral, mejoras en las condiciones salariales y laborales y el derecho al voto, fueron los ejes centrales de años de lucha. El vigor de las protestas encontró su canalización en la creación del International Ladies’ Garment Workers’ Union que propagó el grito de justicia social para las mujeres por todo el orbe.

En Argentina será el peronismo, como no podía ser de otra manera, quien constituya la reivindicación de los derechos de la mujer y de la clase trabajadora en su conjunto. Será Eva Perón la abanderada de instituir y consagrar derechos para las mujeres en nuestro país: “La mujer argentina ha superado el período de las tutorías civiles…la mujer debe afirmar su acción. La mujer debe votar. La mujer, resorte moral de su hogar, debe ocupar el sitio en el complejo engranaje social del pueblo. Lo pide una necesidad nueva de organizarse en grupos más extendidos y remozados. Lo exige, en suma, la transformación del concepto de mujer, que ha ido aumentando sacrificadamente el número de sus deberes sin pedir el mínimo de sus derechos”. 

El voto femenino en nuestro país representó un enorme paso en la conquista de derechos. Con anterioridad, Eva, epresó : “Este siglo no pasará a la historia con el nombre de “siglo de la desintegración atómica” sino con otro nombre más significativo: Siglo del feminismo victorioso”. 

El 9 de  de septiembre de 1947 la Ley 13.010, estableció la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres de la misma manera que se estableció el sufragio universal.  En esa oportunidad la Abanderada de los Humildes sostuvo:

“Mujeres de mi patria, recibo en este instante de manos del Gobierno de la Nación, la ley que consagra nuestros derechos cívicos, y lo recibo ante vosotras con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria. Aquí está hermanas mías resumida en la letra apretada de pocos artículos una historia larga de luchas, tropiezos y esperanzas, por eso hay en ella crispaciones de indignación, pero también alegre despertar de auroras triunfales, y esto último que traduce la victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional”.

 

 

 

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