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“La pelota es el juguete más lindo que tuve en mi vida”

Por Gustavo Ramírez

“La pelota es el juguete más lindo que tuve en mi vida”, dijo Diego alguna vez. Esa oración tuvo un solo destinatario, su pueblo. El que hoy deja caer lágrimas de amor puro porque lo extraña.

Así que, mirá si el periodismo encadenado a las cuentas bancarias, nos va a venir a contar a Maradona. Justo a nosotros que en la diaria sabemos cómo es ese dolor de panza que sentía Doña Tota. A nosotros, que tenemos la tierra del barrio impregnada en la piel como si fuera tu camiseta.

Y sí, que nos van a contar a Maradona, si  nosotros junto a él gambeteamos todos los días a los ingleses y gritamos esos goles una y mil veces, en sueños, despiertos, en marchas llenas de barro, en cantos que se unen al pie para seducir esos pelotazos que nos tiran en contra desde los palcos vip.

Cómo nos van a querer contar a Maradona, si Nosotros sabemos que lloraste por Lucas, Diego, porque los hijos de puta siempre están al acecho para tratar de robarnos la juventud y “el hechizo mágico del balón”.

Y sí, no hay manera de bancar las lágrimas. Son rebeldes las turras y quieren saltar de los ojos para abrazarte una vez más porque te extrañan tanto como nosotros. Ellas tampoco te olvidan, como no te olvidan las paredes de las barriadas populares, o los pibes en los comedores populares. Pero se te extraña, hermano.

No. A Maradona no hay que contarlo. Menos a nosotros. Nosotros estamos acá, con él. Este es su lugar. Lo sabemos. Pero quizá hoy tengamos que ceder y dejarlo a él llorar desde arriba, abrazar a sus hijas como cuando eran chiquitas. Mierda, no es fácil.

Cómo nos van a contar a Maradona si con él dejamos “girones de nuestra vida”. Es cierto que el Barba manda noticias del cielo para avisar que allá está todo bien. Acá, bueno, acá se rema. Como siempre. Y sin vos se hace un poco más cuesta arriba. Pero claro, cuando todo pesa viene un recuerdo, toma la posta y volvemos a llenarnos la garganta con alguno de tus goles. Es así. Y va a ser así.

Sí. Hoy el cielo lloró todo el día, acá, en Fiorito, en La Boca y en la Paternal, en la Plata  Seguro que nos extrañás. Sé que no es mejor día para pedir cosas, pero cuidalo a Luquitas González, abrázalo fuerte, ¿Sí? Gracias.

Cómo los hijos de puta de Lammens, Tinelli, el Chuqui Tapia, Domínguez, Infantino o los del Norte, nos van a querer contar a Maradona. Cómo pueden ser tan caraduras. Tan ignorantes.

No. Maradona no se cuenta. Maradona se vive y se siente. Se grita. Se ríe. Se llora. Es uno de nosotros. En cualquier parte del universo, a cualquier hora. Él está acá y ese es nuestro poder, no es el deseo de una serie o de un periodista mercenario. Es el poder que tenemos nosotros, el que tanto les molesta a ellos.

Hoy, en los barrios humildes del mundo se brinda por vos. Se vive por vos. Descansá ahora hermano, apoyá la cabeza en los regazos de tus hijos y nosotros te acariciamos. Escuchá, escuchá como el viento del atardecer de un día de lluvia trae los gritos del pueblo: Diegooo, Diegooo…

Descansá, después la seguimos.

 

 

26/11/2021

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