Diario de la FeMPINRA

“Hubo decisiones contrarias al desarrollo de la industria naval que se han ido cargando uno a uno a los astilleros nacionales”

Por Redacción

La crisis que atraviesa la industria pesquera argentina es de extrema gravedad perforada por una número de variables que demandan la implementación de políticas de Estado de manera urgente. Dicha situación tiene un impacto directo sobre la Industria Naval, sector donde los empresarios le dan la espalda a la producción nacional para favorecer demandas externas sostenidas en negocios concentrados en muy pocas manos.

El epicentro de la gravedad es la Ciudad de Mar del Plata, que bajo la égida de un gobierno neoliberal, sostiene una estructura de negocios que corroe a ambos sectores productivos de la Argentina. Para muestra sirve como ejemplo la intención del empresario Pedro Baldino de importar, desde Chile, un buque pesquero construido en 1982, una año emblemático para la historia de nuestro país. Ese barco serviría para reemplazar al Sirius III que actualmente complementa la matrícula nacional.

Desde el Sindicato de la Actividad Naval de Mar del Plata, que lidera Walter Castro, rechazaron la postura del empresario porque “manifiesta el desprecio de los armadores pesqueros por el trabajo genuino que genera la industria naval nacional”. 

“Queda de manifiesto el desprecio, una vez más, de los armadores pesqueros por el trabajo genuino que genera la industria naval argentina”, señaló el dirigente naval y agregó que “también queda en evidencia el poder de la billetera que impera en el sector armatorial. Viven pidiendo leyes, marcos regulatorios, seguridades varias, para luego violarlas sistemáticamente”. 

Castro puntualizó que “ya tenemos una Ley Federal de Pesca, hay una Ley de Industria Nacional, incompleta, pero tenemos una Ley de Industria Naval; entonces cómo puede permitirse traer un buque que se sabía de antemano que está mal, para luego de ingresado consultar en los entes correspondientes. Se hace sencillamente porque en este sector específico se vive, se transita y se respira de esta manera, contraria a las leyes”.

Mientras el empresario parece manejarse con carta blanca por parte de las autoridades, la Cámara de la Industria Naval no ha emitido, hasta el momento, ningún mensaje que de cuenta de su posición ante una situación que atenta contra la defensa de los intereses nacionales.

Desde el SANAM denunciaron que el sector empresarial mencionado, comenzará una ronda de presiones “atemorizando funcionarios varios con tirar gente a la calle, enfrentando trabajadores con trabajadores. Es la metodología que mejor saben y la que siempre les generó resultados”.

Asimismo,  Castro salió al cruce de las declaraciones de Baldino respecto a la vida útil del buque Sirius III: “Quién compra algo que sabe que no sirve más. Acá hay una estrategia que va en contra del trabajo argentino. Ese trabajo se hizo con los ‘Cabos’ de Alpesca y (el astillero Sanym) está perfectamente posibilitado para construir un buque como el Friosur VIII. No hay ‘Cabos chicos’ o ‘Cabos grandes’. Los ‘Cabos’ de la ex Alpesca fueron construidos en Sanym, sin ninguna duda”.

El llamado de la organización sindical es en defensa del trabajo y la producción nacional. Al respecto, el dirigente del SANAM concluyó :  “Hoy Sanym no tiene ese poder de construcción porque se lo fue vaciando. Hubo decisiones contrarias al desarrollo de la industria naval que se han ido cargando uno a uno a los astilleros nacionales. Permitirle a Baldino ingresar este barco forma parte de ese Estado ausente que margina a la industria nacional”.

17/02/2020

 

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