Opinión

Homenaje a la Radio: Un siglo de encuentros

Por Diego Cessario

Mis primeros sentimientos hacia la radio son de odio. Sí, leyeron bien: de odio.

No se sorprendan, es lo normal en un pibe de cuatro años que sólo quiere ver dibujos animados en una televisión de aire que, allá por 1982, no contaba con más de cuatro canales (y un quinto, con suerte, si perfilaba bien la antena para agarrar la señal del viejo Canal 2 de La Plata).

En ese entonces, mientras intentaba mirar y escuchar esos dibujos, de fondo sonaba la famosa radio Spica en la cocina de mis abuelos maternos; interfiriendo, con un sonido tan característico como perturbador, mis caprichos televisivos. Hoy, casi 40 años después, se ha vuelto mi sonido preferido.

De lunes a viernes en esa casa sonaban, por la mañana, dos ciclos exitosísimos: A las 9:00 hs. entraba toda la alegría, amabilidad y profesionalidad del enorme Héctor Larrea (me pongo de pie) y su fantástico “Rapidísimo”. Luego, a las 12:00 hs., Antonio Carrizo irrumpía con “La Vida y El Canto”, ambos en Radio Rivadavia. Y los domingos, claro, el fútbol llegaba en la voz de José María Muñoz.

Por el lado paterno, mi abuela tenía la costumbre de poner por las noches la radio debajo de la almohada. Costumbre que heredé para el resto de mis días. ¿Qué se le va a hacer? A la hora de irse a dormir, cada uno tiene su propio chupete.

En esa casa se arrancaba “Tempranísimo” con Magdalena Ruiz Guiñazú, en Radio Mitre, de 6:00 a 9:00 hs., despertándonos de madrugadas oscuras y frías de invierno, de esas que cuestan más levantarse para ir a la escuela. Pero como no faltaban canciones de María Elena Walsh durante el programa, la espera del desayuno se hacía más llevadera. Y la cortina, claro, el clásico “Top Hat” en la versión interpretada por John Williams.

Años después, cuando transitaba los 6 años, mi padre trajo a casa el primer radiograbador. Todo un acontecimiento ya que ahí empecé a realizar mis primeros programas. Horas y horas de cintas pisadas para decir vaya uno a saber qué pavadas. Aunque las pavadas que sí recuerdo son los primeros relatos de fútbol. Grandes jugadas y fuertes gritos de gol de Gareca o Rinaldi para hacer vibrar una Bombonera que, teniéndola tan cerca, todavía estaba bastante lejos.

Sobre el final de la década del ’80, mi curiosidad hizo que explore un poco más acercándome a los aires de esa otra banda llamada FM. Y me encontré con algo que me dejó en shock. De lunes a viernes, a las 10:00 hs. y por la vieja Rock & Pop 106.3, Lalo Mir, Bobby Flores y Douglas Vinci deliraban e insultaban al aire en ese programón llamado “Aquí Radio Bangkok”. Sí, leyó bien, insultaban y decían cualquier disparate a las 10 de la mañana. Todo un acontecimiento.

También en la misma banda, había otras radios que captaban mi atención: FM Clásica, FM Cultura y Radio Ciudad; todas emisoras que dedicaban su programación a pasar música clásica y mucho contenido cultural. Algunas hoy lo siguen haciendo, algunas hoy las sigo sintonizando.

No me quiero olvidar de las solitarias bandas SW1 y SW2 donde, en alguna ocasión, se sintonizaba alguna señal de vaya a saber qué.

Pero volvamos un rato a la AM, porque la pelota ya es cosa seria en la vida de un pibe que tiene 11 años. Y el fútbol, como todos sabemos, va por AM. A finales de la década del ’80, apareció en Radio Mitre una dupla que hizo capote en ese entonces al grito de “De tu Boca, de mi Boca, de tu Boquita”. Héctor Caldiero y Roberto Leto se iban a adueñar del corazón y el oído del hincha de Boca por unos cuántos buenos años.

Luego, en 1992, Alejandro Fantino reemplazará con su estilo propio al querido “Pancho” en los relatos, marcando también toda una época. De manera similar, apenas algunos años después relatando a River, otro animal del relato será Atilio Costafebre quien, indudablemente, se ganó el derecho a ser la palabra oficial de la banda y el respeto de los hinchas propios y ajenos.

Pero hubo una tira deportiva que motivó y cambió la cabeza de toda una generación; un programa que fue tan importante como años atrás lo había sido “La Oral Deportiva” de José María Muñoz. Ese programa fue “Competencia” de Víctor Hugo Morales, por Radio Continental. ¿Quién no soñó ser parte de ese programa alguna vez?. Mención aparte para las transmisiones dominicales con “Fútbol Continental” y “Por Deporte” que, desde las 13:00 hs. hasta las 22:00 hs., hacían que los domingos fueran, aún con oscuras tormentas, un poema a todo color. Junto a Julio Ricardo y al Tano Fazzini, Victor Hugo nos hacía ver el partido, literalmente hablando, a través de la radio. Costará mucho encontrar otro igual, aunque cabe mencionar mi reconocimiento a la electricidad del relato radial de Mariano Closs.

 

Siguiendo en AM, no me quiero olvidar de otro ciclo glorioso desde lo nostálgico: “Algo Para Recordar” con Mochín Marafiotti. Horas y horas de música de los ’50 y los ’60, donde no faltaban los bailes para las fiestas de fin de año o los carnavales en el querido Club Comunicaciones.

Me voy nuevamente a la FM. En una noche de zapping radial, allá por 1993, choco a la medianoche en FM Tango a 4 muchachos que hacían reír al público en vivo. Al principio creí que eran risas grabadas, como una sitcom norteamericana; pero no, realmente estaban ahí. Alejandro Dolina, Guillermo Stronatti y Jorge Dorio llenaban de conocimientos, risas y mucho “rrioba” las horas de “La Venganza Será Terrible”. Con el correr de las décadas, el programa yiró por distintas emisoras cambiando muchos de sus integrantes como el enorme Adolfo Castelo, el Pollo Mactas, Elizabeth Vernaci, Gillespi, Gabriel Schultz, Coco Silly, Patricio Barton y Gabriel Rolón, entre otros. Sin lugar a dudas, su ciclo más exitoso fue en Radio Continental.

También, a principios de los ’90, desembarcó en FM Hit 105.5 la destacada voz de Marcela María Delorenzi -más conocida como Daisy May Queen- manejando la mañana con “Los 40 Principales”. Última década fuerte donde las compañías discográficas marcarían tendencia de la música que había que escuchar. Luego, las nuevas plataformas barrieron con este producto debido a que cada usuario podrá programarse su propia música.

Volviendo a la Rock & Pop, Mario Pergolini, Eduardo De La Puente y Marcelo Gantman fueron las estrellas matutinas de otro ciclo exitoso con su programa “¿Cuál es?”. Otro de los shows que marcó generaciones desde 1993 hasta 2011. Sin embargo, desde la aparición en 2002 de Andy Kusnetzoff en Metro 95.1 con “Perros De La Calle”, Pergolini fue perdiendo la mañana para que ésta sea abordada por el lento pero fuerte crecimiento de su ex productor radial.

A finales de los ’90, irrumpe en AM la primera radio íntegramente dedicada al deporte: “La Red”. Macaya Márquez por las mañanas, Fernando Niembro y Marcelo Araujo durante el día, “La Hora de Bilardo” por las noches y, de madrugada, uno de los últimos ciclos más exitosos de la radiofonía argentina: “El Alargue”, con Cali Fidalgo y el recientemente fallecido y querido Marcelo Baffa. Un programa que ocupaba toda la madrugada y que, de manera llamativa, tenía una participación de los oyentes como muy pocas veces recuerdo a esa hora.

Es un pecado no poder nombrar a todas las radios ni a todos aquéllos que pasaron por un micrófono y que, de alguna manera, nos han marcado; sin embargo, no voy a omitir citar a dos voces que siempre me fascinaron: Juan Carlos Pascual y Ernesto Frith.

Pero sí me voy a permitir expresar el placer que se siente estar del lado del micrófono y agradecer y felicitar a mis compañeros de aire.

A Alfredo Panedigrano, quien a mediados de los ’90 me hizo dar los primeros pasos en FM La Boca 90.1, cuando hacíamos “Tribuna Xeneize”, donde corrí la suerte de relatar, nada más y nada menos, que al Boca de Maradona y Caniggia.

Luego, a uno de mis co equipers en la vida Leonardo Martín, quien me regaló la enorme e impagable oportunidad de integrar “Abrí La Cancha”, en FM Gráfica 89.3; la cual considero mi casa. Dentro de la misma, conocí a mis compañeros Carlos Aira, Martín Gorojovsky, Nicolás Podroznik, Federico Visser, Nehuén Ríos y el fugaz pero efectivo paso de Cristian Dicundo, siempre aprendiendo muchísimo de todos.

Además de ellos, felicitar a todos los compañeros que no sólo se esfuerzan día a día para ofrecer productos de excelente contenido y calidad sino que, además, lo realizan con una pasión que muy pocas veces he visto; demostrando que los medios alternativos -o no tan alternativos- son igual o más importantes que los otros.

Además, tuve la suerte de integrar programas dedicados a cine, series, libros y música cuando, junto a Andrés Máspero y Fabián Rodríguez, hicimos “Lecho De Pulgas” en Arinfo; o las columnas de cine y series los martes y jueves en “El Placard”, junto a Diego De Mattei y Leonardo Martín por FM Secla 106.1. Un pequeño aporte por “Sin Zonceras”, también en la Gráfica, junto a Luciana Sousa y Julián Chames. O cuando me colaba en “Groenlandia”, con el Negro Vorgen, a quien admiro por ser el único tipo que conozco capaz de hacer 2 ó 3 horas de aire sin llevar nada anotado sin quedar nunca en offside. También, fuimos cómplices en “Maleducando Al Vecino”, en FM Cristal, junto a Leonardo Martín y Germán Domínguez.

Por último, agradecer a Gustavo Ramírez, Cristian Tejera y Ángel Garay, mis compañeros en “A Lo Boca”, por FM Secla; donde nos peleamos, nos divertimos y discutimos pero que, a la hora de salir campeón, nos abrazamos para festejar.

La radio es la banda de sonido de tu vida sin importar qué esté sonando. Es la que te levanta el ánimo con su contenido, la que te entretiene horas interminables, la que acompaña el día a día, la que te desploma con una mala noticia, la que te alegra unos minutos con una canción, la que te hace más llevadero un viaje en auto, la que ponés bajito cuando estás enfermo y no te da el lomo para hacer otra cosa, la que te hace vibrar con un gol o, simplemente, la que te hace recordar a alguien muy cercano en alguna época de tu vida. Es decir, la radio es una gran parte de tu vida.

Cien años de radio, batallando contra medios más atractivos hoy desde lo audiovisual. Ahí está, firme como en 1920 lo estuvieron Susini, Mugica, Guerrico y Romero Carranza: “Los Locos De La Azotea”, firme como los que siguen produciendo contenido, firme como los que se animan a comunicar, firme como los operadores técnicos (sin los cuales no saldríamos al aire) y, sobre todo, firme como los oyentes que están siempre del otro lado y son el principal combustible de esta actividad que tanto amamos.

¿A qué viene toda esta cursilería? A que mis primeros recuerdos de la radio son de odio. Y del odio al amor, dicen, hay un solo paso. Compare su historia con la mía. No por ser importante, sino más bien por todo lo contrario. Es sólo para que analice que una radio encendida -aunque sea de fondo-, es más común en nuestras vidas de lo que a veces parece.

Mientras sigo pensando cómo hacer para, en algún momento, poder captar la atención del oyente como lo hace Gabriel Fernández, me voy cantando… “En la mañana, fresca y temprana como una rosa… Un duendecito, frágil, chiquito; salió a pasear…”

 

 

27/08/2020

 

*Periodista y conductor de A Lo Boca Radio

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