Economía

El gobierno miente: Los únicos que ganan son los que apuestan a la timba financiera mientras crecen la inflación y los pobres.

Por Redacción

El proceso inflacionario no se detiene, el gobierno neoliberal de Mauricio Macri no ha logrado detener la marcha de aumentos, claro, ese no es su objetivo económico. La medición del INDEC sorprendió a la mayoría de los analistas pero no al entorno de Presidente. Lo que rebela que en Cambiemos tienen muy en claro cual es el proceso de crisis que atraviesa el país, en ese sentido el Ejecutivo decidió ratificar el rumbo, más allá de los anuncios que se hagan este miércoles.

Según el INDEC la inflación de marzo fue del 4,7 % y de 11,8% en lo que va del año. El índice interanual trepó al 54,7 %, el más alto desde 1991. El impacto inflacionario golpeó a productos esenciales para la supervivencia social como educación (17,9 %), vestimenta y calzado (6,6 %) y alimentos (6 %).

Las viejas conocidas recetas del FMI reinciden en los efectos devastadores de una economía que concentra la riqueza en manos del capital financiero. Mientras tanto la única respuesta del Gobierno tienen que ver con slogans de campaña, referenciados en un relato apócrifo, donde el empresario Macri insiste en pedirle a la clase trabajadora y a la clase media que pongan el lomo para sostener la crisis. Una aberración ideológica.

“Esperamos que después de este pico (de inflación) que tendremos en marzo, a partir de acá (y) a lo largo de los años, vayamos avanzando paso a paso hasta erradicarla y ser un país más de la enorme mayoría, que tiene una inflación de un dígito”, había dicho con antelación el primer mandatario, elegido en diciembre del 2015 con un escaso margen de representación social.

Sus dichos dan cuenta de la burbuja discursiva armada por Cambiemos para no hacerse cargo de una crisis que ellos mismos han producido para favorecer el esquema de negocio de sus socios en el poder. En ese sentido Macri miente con profundo cinismos e insiste que el camino de la crisis es el único para hacer crecer a la Argentina:  “Hemos empezado por hacer lo que corresponde. No vivir de prestado, no gastar más de lo que se tiene”.

Argentina ha dejado de producir para fagocitar la timba financiera y vivir sujeta a los préstamos usurarios del FMI, esto implica el empobrecimiento de la mayoría de la población así como la destrucción de la matriz productiva. Las consecuencias son dramáticas, el proceso de descomposición social acelerado por las decisiones económicas cifradas en la libertad del mercado, destruyen la composición estructural de la sociedad y dejan a millones de compatriotas sumidos en la miseria absoluta.

Los anuncios que se esperan para las primeras horas de la mañana del miércoles no son más que un guiño a los sectores de la economía concentrada, que volverán a verse beneficiados con la especulación cambiaria. En el mejor de los casos el paquete de medidas tiene centralidad en la demagogia política pero bajo ningún punto de vista implican mejoras para los sectores más golpeados por la crisis que ellos mismo han producido. Tal es así que como si fuera una burla propondrán, según trascendidos, créditos para jubilados con tasas absolutamente impagables. El abismo está demasiado cerca.

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