Pensamiento Nacional

Documento 10 años del pontificado de Francisco: Asumir el compromiso ético que demanda el momento histórico

Por Redacción

Militantes peronistas del quehacer sindical, político, cultural y periodístico presentaron un documento al conmemorarse los 10 años del pontificado del Papa Francisco. En tal sentido ratificaron la necesidad de recuperar el compromiso ético con el momento histórico a partir de los principios rectores de su Santidad.

A continuación AGN Prensa reproduce el documento completo:

Conmemorando los 10 años de la asunción de Francisco a la conducción de la Iglesia, se nos hace necesario asumir el compromiso ético que demanda el momento histórico, que para retomar la senda de la integración social, el desarrollo productivo y la conciencia humanista, se retome el modelo de Comunidad Organizada.

Así como el Papa imprimió para  reconstituir la Iglesia la necesidad de partir de las bases, en opción por los pobres, resignificando el valor estratégico de las concepciones de la Doctrina Social de la Iglesia, la clara organización institucional, y la observancia de una ética ejemplar; el Movimiento Nacional debe recuperar precisamente la esencia de ese postulado para reconstruir una democracia social, que permita al pueblo recuperar la fe en la política como herramienta de acceso al bien común y la Justicia Social.

Su Santidad ha dejado en claro que la unidad es superior al conflicto y los sectores políticos, sindicales y sociales deben tomar esa premisa en la búsqueda de programas y prácticas sobre las cuales construir esa unidad, o al menos, reducir el conflicto que no permite el definitivo despegue del país. Además las conducciones políticas, económicas,  de medios de comunicación y religiosas deben asumir las responsabilidades que le caben en relación a la penosa situación que atraviesa el país y la región, como también tender disculpas públicas por los errores, en pos de recuperar el valor de verdad común sin el cual no habrá Paz ni equilibrio.

La opción preferencial por los pobres debe constituirse, a partir de restablecer la piedad, motor del contrato social, sin dejar de reclamar el restablecimiento de nuestra independencia económica, penosamente entregada a saberes oscuros y egotistas.

Esta independencia sólo será posible en tanto y en cuanto se adquiera conciencia social del valor inextricable para el modelo nacional de la soberanía política con premisa en el Cono Sur. La militancia política, como enseñaba Marechal, debe “sentir en carne propia el dolor ajeno”.

Para nosotros, el peronismo debe encarnarse en las “llagas vivientes de Cristo”. Esto implica asumir las enseñanzas de la fe en un pueblo en marcha, una fe revolucionaria, donde la solidaridad popular se enmarca en la acción y en la opción preferencial por los pobres. Esa piedad la ha personificado a través del designio de Perón y de Evita, ejemplos de compromiso encarnado con los más humildes.

La realización de la dignidad no se hará efectiva a través de buenas voluntades que terminan por reproducir el mandato del estatuto colonial en la figura del “buen salvaje”. Optar por lo pobres es estar determinado a la acción, entendiendo que la política debe ser expresada como el servicio más alto del compromiso con nuestros semejantes y con el entorno natural como se pregona en Laudato Sí.

Francisco nos conmina a luchar contra la globalización de la indiferencia. Como discípulos de Perón, no podemos dar vuelta la cara a quienes más sufren y son víctimas de las injusticias sociales. La demanda del Papa del Fin del Mundo es cambiar las estructuras que generan el descarte social de millones de compatriotas. Así como pasajes de Rerum Novarum de León XIII y Quadragesimo Anno de Pio XI inspiraron al General Perón para dar cuerpo filosófico a nuestro movimiento, las encíclicas de Francisco deben ser nutriente para generar nuevas raíces e ideas que eviten que nuestra doctrina se transforme en una mera pieza de museo, tal como pretenden sus adversarios de ayer y hoy.

Reconquistar el Movimiento Nacional y Popular, el peronismo, también representa un acto de Fe.  Nuestra misión no es una cruzada mesiánica sino un compromiso ético-político con el presente y recurriendo a la necesidad de autoformación y transmisión de prácticas y saberes  populares, pues solo se puede crear un mundo con futuro, asumiendo con nuestro pasado el reencuentro de la conciencia histórica.

Esto implica, al mismo tiempo, la recuperación de la acción política para alcanzar de una vez y para siempre la independencia económica, la soberanía política y la justicia social, portando como irrefutable estandarte que “nadie se salva solo”.

 

Firmaron  el mismo:  Nahuel Britos,  Ignacio García Díaz, José Doffi,  Ariel Duarte,  Carlos Fabián Ochoa,  Fernando Páez,  Francisco Pestanha, Gustavo Ramírez, Martín Tomassini y  Aníbal Torretta.

 

 

 

 

18/3/2023

Subir