Opinión

Cuando trabajar más es ganar menos

*Por Juan Manuel Martínez Chas

Como lo había anunciado recientemente y ante la falta de respuesta oficial, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, que encabeza Juan Carlos Schmid ha decido proceder a instruir a sus organizaciones adheridas para que no presten tareas, en horas extras, domingos y feriados. Recordemos que en estas situaciones las prestaciones del trabajador implican una remuneración mucho más alta que la remuneración normal y como tal, el caso de las horas extras, no resultan una obligación ni del empleador otorgarlas, ni del trabajador realizarlas.

Desde hace largos años, con motivo de una reforma realzada en la década de los ’70 para combatir la evasión, respecto de las grandes fortunas, que eran realizadas a través de personal gerencial por parte de empresas multinacionales, se instituyó el impuesto a las ganancias en su cuarta categoría.

La naturaleza de la economía argentina, el proceso de desindustrialización y la instauración de un modelo regresivo tributario, que sin duda hizo afrontar al trabajo los mayores costes de un sistema impositivo trasnacional que se caracteriza por eximir de ganancias al capital financiero y a la timba financiera, a través de la bolsa, implicó la desvirtuación de este tributo, que comenzó a ser una mella para las remuneraciones de carácter alimentario por parte de los trabajadores.

Hemos dicho en muchas oportunidades que el salario no es ganancia, es el sustento que el trabajador percibe con motivo de su contrato de trabajo por poner a disposición su trabajo, a partir de los conceptos clásico de la disciplina del derecho laboral que surgieron a partir de comienzos del siglo XX. Por lo tanto, cualquier tributo que afecte a el salario de un trabajador, no es sólo de naturaleza inconstitucional como señaló la Corte recientemente, respecto a los haberes jubilatorios, sino también es una confiscación y una afrenta a los derechos fundamentales y a los Derechos Humanos que están plasmados en nuestra Constitución Nacional y en los tratados internacionales.

 Este problema tiene desde hace tiempo la distorsión del tributo. Los reclamos acerca de este concepto, que es de fácil percepción, por parte del Estado, de absoluta regresión social, ha motivado innumerables reclamos por parte de los gremios de distintas actividades, en especial de los gremios del transporte. Debemos recordar que estamos ante trabajos de una fuerte calificación de trabajos diferenciales con una fuerte carga por parte de los trabajadores. No sólo la actual admiración, sino gobiernos anteriores tampoco dieron respuesta a esta situación.

La CATT había alertado, hace largo tiempo, que de no tomarse medidas se comenzaría con acciones, que podríamos denominar, defensivas. Estas acciones defensivas tienen la lógica de implicar y lograr que el trabajador por trabajar más, por trabajar en días feriados, los domingos o en horas extras, no termine ganando menos. Esto es producto de la regresión de este impuesto que no ha tenido una modificación clara y contundente por todos los poderes del Estado, por parte del Poder Ejecutivo, por parte del Poder Legislativo y que seguramente el fallo de la Corte en materia jubilatoria podrá, y así lo esperamos, abrir un nuevo sendero para la protección de los trabajadores de nuestro sector. Es evidente la necesidad de modificar este sistema regresivo desde su concepción, pero también, ataca a la producción, ataca el compromiso que el trabajador puede tener con una Argentina que produzca y sobre todo hace caer sobre las espaldas del pueblo trabajador las erogaciones por los tributos que no realizan las grandes compañías financieras, los bancos, actividades que deberían tributar por las ingentes ganancias que tienen en nuestro país.

 Es de vital importancia la labor que viene desarrollando al Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, ya que, al contrario de lo que se cree, esta no es una lucha de trabajadores ricos contra el Estado Nacional ni contra otros trabajadores. Esto es una lucha, en el marco de una discusión profunda acerca del rol que los trabajadores y el Movimiento Obrero deben tener en Argentina. Ese rol que debe potenciar el consumo interno, que debe potenciar la industrialización, que debe potenciar la productividad y que, fundamentalmente, desande, como en muchos sectores ocurre, este camino que además es fuente de informalidad laboral, como en algunas actividades marítimas se está dando en los últimos tiempos, primordialmente en el sector de la pesca.

Es importante sostener esta consigna de una sociedad más justa, una sociedad más justa que se debe construir a través del tributo pero, una sociedad donde tributa el trabajo y no la gran banca internacional y financiera, es una sociedad que no tiene en mira la centralidad del trabajo, que no tienen en miras la dignificación del salario como lo manda nuestra Constitución Nacional y los tratados en materia de Derechos Humanos y laborales, sino que tiene en mira la timba financiera, el endeudamiento externo y la pérdida de soberanía nacional Estamos convencidos, hoy más que nuca, que esto es una pelea por el modelo de país, que esto es una pelea por la preservación de este Movimiento de los Trabajadores que debe ser el protagonista esencial de la Argentina que viene.

 

*Abogado Laboralista. Docente. Doctor en Derecho del Trabajo (UNTREF). Master en Empleo, Relaciones Laborales y Dialogo Social (UCLM) Asesor Legal de Sindicato

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