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Adrián Silva denunció que la “gestapo” macrista persiguió a APDFA

Por Gustavo Ramírez

El dispositivo persecutorio conformado por la estructura política, del Gobierno de Mauricio Macri, contra las organizaciones sindicales durante su gestión, dejó en claro que el proyecto de la “élite”, léase, oligarquía, es refrendar el país pre-peronista a partir de la desintegración de la organizaciones libres de pueblo, que representan tanto un obstáculo como una amenaza para la realización de su proyecto selectivo de enriquecimiento y de descarte social.

Esto no representa una novedad en sí mismo, la historia argentina está plagada de procesos reaccionarios que se nutren vorazmente de la misma prerrogativa ideológica. No es casual, sobre todo después del Golpe Cívico Militar del 55′, con fuerte resonancia con la llegada de la democracia en 1983, que el objetivo de la violencia simbólica y represiva, sean los sindicatos, dado que los mismos son el núcleo central de la organización popular que pugna por la liberación nacional.

En este sentido y a la luz de los acontecimientos que revelaron la existencia de una mesa político judicial represiva y persecutoria, donde funcionarios del gobierno de la Provincia de Buenos Aires no mostraron empacho a la hora de abrazar las ideas del nazismo, la experiencia de la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles, funciona como ejemplo para exponer el padecimiento de los año recientes.

AGN Prensa dialogó, en este contexto, con el ingeniero Adrián Silva, Secretario General de APDFA:

Adrián, teniendo en cuenta lo experimentado por el gremio que conducís durante los años de gobierno pro oligárquico, ¿ cómo observas lo ocurrido en las últimas semanas con la revelación de lo obrado por Villegas, exministro de Trabajo de María Eugenia Vidal?

En primer lugar, es sorprendente verlo y escucharlo de esa forma, pero los que vivimos el momento y vivimos situaciones como esas lo único que hacemos es verificar lo que hemos vivido en nuestra experiencia.

Con Villegas hablé varias veces cuando se estaban tratando de transferir los servicios ferroviarios de la Provincia de Buenos Aires a la Nación, antes de que cierren toralmente Ferrobaires, y hablaba con él para que transfieran a los trabajadores, él me aseguraba que todos los trabajadores iban a ser transferidos excepto aquellos que no cumplían funciones, que “eran puestos políticos”. Después lo que pasó fue todo lo contrario, transfirieron a todos los que tenían conexiones políticas y a los trabajadores, efectivamente, los fueron despidiendo.

En medio de eso surgió la cuestión de la intervención a nuestro sindicato lo que provocó la denuncia penal que le hicimos, a quien después fuera Secretario de Trabajo, Lucas Fernández Aparicio y a la Directora de Asociaciones Sindicales, Karina Palacios Anchorena.

Ellos nos dijeron a nosotros que si entonces no suspendíamos la elección y acatábamos la decisión del Ministerio de Trabajo iban a encontrar algo con lo cual nos iban a imputar. O sea, nos anticiparon que nos iban a armar una causa. Esa causa penal que iniciamos, que después se extendió al exministro Triaca todavía está pendiente de resolución.

Al ver esto lo que queda es revivir la experiencia, recordar todos los momentos que vivimos cuando nos quisieron intervenir injustamente. Con fallos judiciales a nuestro favor avanzaron igual nombrando un delegado normalizador que terminó, incluso, cuando nosotros desoímos la decisión del Ministerio de Trabajo por los fallos judiciales a favor.

En ese contexto me hicieron una denuncia penal por asonada. Como varias veces conté ni siquiera sabía yo lo que significaba la figura de asonada. Después terminé entendiendo que una actitud de desobediencia al Ministerio de Trabajo podía interpretarse como un desacato, más allá que las decisiones judiciales estaban a favor nuestro, pero eligieron la figura de asonada, que es algo casi como sedición, con la clara intención de proceder a la detención.

Al ver esto, lo que queda claro es que había un modus operandi y que había una decisión de avanzar recurriendo a cualquier mecanismo.

¿Cuál era el objetivo de esas maniobras?

En este caso lo que se había pretendido, desde el inicio, es que nosotros como sindicato avalemos la decisión política de cerrar  una empresa ferroviaria. Que no objetemos la decisión, que acompañemos a una gestión que estaba cerrando la empresa ferroviaria de la Provincia de Buenos Aires de pasajeros y que estaba cerrando la empresa de cargas Belgrano Cargas y Logística de la Línea Urquiza, y claramente, porque tenemos las pruebas de los dichos de ellos, lo que pretendían era disciplinar para que acompañemos la gestión y ante la decisión de no hacerlo, directamente apoderarse del sindicato.

Cuando nosotros decidimos confrontar todo esto, después del paro que le hicimos a Macri en el 2016, empezaron todas las amenazas que culminaron con el intento de intervención, que no la pudieron llevar adelante. Hicieron todas las acciones habidas y por haber. De hecho, nosotros tenemos la información de que intentaron hacer una intervención judicial, que ningún Juez Federal la firmó.

Después avanzaron de manera indirecta con el nombramiento de un delegado normalizador. En el caso de la empresa Ferrobaires, ellos, para poder llegar a la intervención inventan una impugnación, donde se genera, en una de las 40 seccionales que teníamos en ese momento, un llamado a elección y la lista que impugna – una lista opositora que nos aparece ahí en el seno de la Plaza Constitución de Ferrobaires- sus integrantes son todos transferidos a la Nación, ninguno es despedido.

Las cabezas de la lista opositora de entonces son ascendidas a gerentes, mientras en un mismo momento cuando se cierra Ferrobaires y transfieren a una sector de trabajadores a Nación despiden a todos los trabajadores de APDFA, incluyen dirigentes sindicales del gremio.

Se infiere que hubo una estructura político-judicial abocada a esta tarea.

Claramente fue una acción delictiva, por eso es que nosotros estamos, en este momento, trabajando con los abogados para mantener viva la acción judicial, la acción penal contra Triaca, contra Aparicio y contra Anchorena.

Esto tiene un origen en la Provincia de Buenos Aires, donde el Ministro de Trabajo Villegas tuvo una actuación fundamental al momento del cierre de la empresa Ferrobaires, tiene su correlato en Nación porque el exministro Dietrich, a través de sus asesores fue quien armó todo este ardid.

Recordemos que Lucas Fernández Aparicio era asesor de Dietrich en el Ministerio de Transporte, después le dieron un cargo en el Ministerio de Trabajo de la Nación y terminó siendo Secretario de Trabajo. Cierra todo el circuito del modus operandi que tenían para avanzar sobre sindicatos que no podían manejar, y después toda esta locura de pretender armar causas penales, como la que conté, que por suerte fue totalmente desestimad.

Da la impresión que frente a hechos como estos hay un momento de indignación y cuando éste se apaga el avance se detiene y lo agentes involucrados quedan sin sanción. ¿Compartís esa idea? ¿Cómo hay que hacer frente a esta estructura de poder que actúa con impunidad? 

-Creo que es complejo dar vuelta una situación como esta. Uno cree, hasta que le toca en carne propia que el sistema judicial es independiente, después se da cuenta que no es así. Peor hay que desmontar todo esto que se ha creado y el grueso de la gente a pesar de todo, creo yo, cree todavía en la independencia de los poderes.

Esto se soluciona con un cambio drástico político  y con una masa crítica e la sociedad que entienda que todos estamos expuestos a que se nos arme una causa, a que se nos impute una figura legal totalmente arbitraria. A lo mejor falta que al sociedad entienda que todos estamos expuestos a esto.

Pasa que en medio de esto se jugó mucho al desprestigio de los sindicatos, por las campañas políticas de las que hemos hablado con vos. Permanentemente se ataca al sector sindical, se aprovechan unos pocos casos para extender la sospecha sobre todo el sindicalismo, cuando todos sabemos que hay miles de sindicatos y miles y miles de dirigentes sindicales que cumplen con su tarea con total dedicación y sin ningún tipo de doble moral.

Me parece que aprovechándose de un descredito impulsado por los medios se avanza sobre esto y hay una sociedad que, a lo mejor, mira con algo de indiferencia – porque se le ha hecho creer que hay un sector comprometido con temas de corrupción.

Creo lo que hace falta acá es generar una discusión, generar una investigación un poco más profunda y llegar a la raíz de las cuestiones, tratando de llegar a la gente para que comprenda el nivel de indefensión que se encuentra cualquier persona. Cuando uno lo vive, en mi caso, cuando de golpe te encontrás con una causa penal, de golpe los abogados te dicen que te pueden embargar lo poco que tenés, te sentís totalmente indefenso y te sentís totalmente desmoralizado, porque te decís: cómo puede ser que alguien que tuvo una vida honesta, se dedicó a hacer lo mejor de su vida, pueda quedar expuesto y que tres o cuatros personas se junten y te pongan en una situación así.

Si esto se tolera es porque hay gente que cree que esto no le puede pasar. La verdad es que hay que alertar a esa gente porque todos estamos expuestos a que esto nos suceda.

¿APDFA va a participar de la marcha convocada en febrero por diversas organizaciones, políticas, sindicales y sociales para reclamar una reforma en la estructura judicial?

Sí. Como parte de la Corriente Federal de los Trabajadores vamos a acompañar este movimiento y creo que no tiene que terminar ahí, me parece que esto tiene que tener una continuidad un poco más elaborada para lograr lo que decía, generar esa masa crítica que es necesaria para los cambios que hay que hacer.

Nunca los cambio profundos se dan espontáneamente, esto, me parece, tiene que ser parte de una estrategia y hay que tratar de avanzar para que la gente comprenda que se está en un estado de indefensión, que mientras puedan hacerse estas cosas, el ciudadano común está en un estado de indefensión.

 

 

 

 

 

20/1/2021

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